Una familia de nuestra Ciudad pasó por todos lo estados de ánimo, desde que en la madrugada del martes autores hasta ese momento desconocidos ingresaron al patio de una vivienda y robaron un longboard, esto es, una especie de patineta de mayores dimensiones que las tradicionales, que pertenecía a un niño de 12 años.
Apenas enterados del robo, hubo publicaciones en redes sociales rogando por la devolución del objeto robado. Pero además, realizaron la denuncia policial, suministrando algunos datos que habían logrado reunir tras una búsqueda realizada por ellos mismos.
Según manifestaciones radiales realizadas por Adriana, la abuela del jovencito víctima del robo, desde Unidad Regional IV los instruyeron en el sentido de comunicarse con Comando Radioeléctrico en caso de poseer mayores datos que aporten a encontrar el elemento robado y los presuntos autores.
Pero todo se derrumbó cuando efectivamente llamaron para dar datos del lugar en dónde podía encontrarse el longboard, y como respuesta recibieron la contestación que desde la Policía sólo podían actuar si encontraban al autor del robo con la patineta en sus manos.
Es más: según manifiesta Adriana, hasta se les sugirió que en caso de ver a alguien usando el elemento, se lo reclamaran con amabilidad para que se los devolviese, o, caso contrario, se empujase a quien lo estuviese usando, para arrojarlo al piso, y en ese momento efectuara la llamada a la fuerza policial.
Ante semejante respuesta, la mujer junto a su marido -un ex policía- se dirigieron a la vivienda dónde tenían datos podía encontrarse el mini vehículo, ingresando a una especie de callejón sin salida, donde fueron amedrentados por un joven que portando un palo los amenazó. Agregó que en esa zona, ubicada dentro del sector «C» del Barrio Nueva Roma, los menores suelen ir armados.
La historia terminó con la recuperación del longboard, con el que finalmente dieron a partir de un llamado telefónico que recibieron de parte de alguien que a su vez había comprado el elemento, pero debieron pagarle $ 500.- para que se los reintegre.
En sus manifestaciones, la abuela del jovencito despojado expresó alegría por haber podido recuperar el skate, pero al mismo tiempo indignación y enojo por la situación por la que debieron atravesar. Expresó que nunca más haría a futuro una denuncia a la fuerza policial.