EDITORIAL

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Hoy cumplimos una semana del lanzamiento de “La Nueva Senda” Digital. Tenemos entre nosotros muchas sensaciones, algunas que se hacen prioritarias: alegría, satisfacción y agradecimiento, que se basan en la buena recepción que nuestra página ha tenido en el público –lo que se evidencia en las casi 4.000 visitas que nuestro medio ha obtenido en estos primeros 7 días- , en los generosos comentarios que nuestros lectores nos han hecho llegar y nos refieren permanentemente, y en el resultado final que se relaciona estrechamente con lo que pretendíamos, aún con detalles a corregir y proyectos que hemos de agregar para intentar mejorar día tras día. A todos ustedes, de parte de quienes hacemos “La Nueva Senda” Digital, muchas gracias…!

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El pasado día jueves 20, el Concejo Municipal de Casilda aprobó la Ordenanza N° 2805, que prohíbe en todo el territorio de nuestra ciudad el uso y comercialización de todo elemento de pirotecnia. La llamada Ordenanza de “Pirotecnia Cero”. (Pueden nuestros lectores acceder al texto completo de dicha normativa ingresando en la nota “Se aprobó el proyecto Pirotecnia Cero en Casilda”).

El autor de esta Ordenanza es el actual Secretario de Seguridad y Convivencia Ciudadana y a la vez Jefe del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios de Casilda, Lic. Federico Censi. La aprobación por parte del Concejo Municipal fue la conclusión de una larga historia, comenzada allá en 2011, cuando el mismo Censi, junto a Lucrecia Martini y Luciana Censi, haciendo uso de la “banca ciudadana”, presentaron un proyecto de ordenanza en el mismo sentido. Si bien en ese momento fue aprobada, sufrió luego idas y vueltas, marchas y contramarchas, y cambios de opinión de distintos funcionarios y de fuertes presiones de algunos comerciantes del rubro, lo que trajo aparejado que nunca se concretara. No tiene demasiado sentido en este momento demorarse demasiado en ese recorrido. Lo importante y a celebrar ahora es que Casilda ha dado un importante paso en el sentido de poder llegar a ser una ciudad moderna, liberada del perjudicial estruendo de la cohetería, inscribiéndose en una larga lista de ciudades argentinas que han procedido en el mismo sentido.

Los efectos nocivos de la pirotecnia, que con meridional claridad se esbozan en los considerandos de la flamante Ordenanza local, son por todos conocidos. Efectos perjudiciales para los animales, que la sufren de una manera inconmensurable. Para las personas, especialmente ancianos, bebés y personas con problemas de salud. Y en algunos casos, efectos que causan concretos riesgos de daños físicos extremos, hasta de vida.

El estruendo de un elemento de cohetería tiene como consecuencia directa el ocasionar serios daños a animales y seres humanos. Razón más que suficiente como para fundamentar la norma, si la intención es vivir y convivir en una comunidad civilizada, donde los derechos de uno terminen donde comienzan los derechos de los demás.

Celebramos la ordenanza. Desde todo medio de comunicación en el que hemos trabajado, mantuvimos desde siempre esta postura. Felicitamos a tantos y tantas que a través del tiempo militaron por esta causa, desde proteccionistas de los derechos de los animales, pasando por personas vinculadas a la salud, y siguiendo por personas vinculadas a la seguridad. De ellos y ellas, de sus esfuerzos y de los sinsabores que atravesaron para llegar a este logro, es justamente el mérito del mismo.

Ahora será tiempo de hacer observar la Ordenanza. De que todos sepan que usar y vender pirotecnia es ir contra la normativa y hace pasibles a quienes lo desoigan de sanciones que son de alto costo económico.

De saber que por fin, después de tanta lucha y de tantas frustraciones, ya es una realidad que la Ciudad en la que vivimos prioriza el bienestar de todo ser vivo antes que la dudosa diversión de un estruendo incomprensible.