Santiago llora contra su almohada con los ojos hinchados por las lágrimas y por los golpes que su papá le dio cuando lo vio bailando frente a la computadora, Gianina juega con la cocinita y la plancha de plástico que le trajeron los reyes y Silvia toma mates en la cocina mirando hacia la puerta con ganas de irse, pero no se va.
Alejandra le pide el ticket al taxista para mostrarle a Renzo que volvió sola del cumpleaños de una amiga. Ingrid se mira en el espejo y se aprieta la panza mientras la foto de una modelo que pesa 45kg sigue mirándola, culpándola, obligándola en la puerta de su habitación.
Lautaro le revisa el celular a su novia y Vanina está inmóvil, congelada, encerrada en un baño mirando fijamente un test de embarazo que le dijo que sí.
Lucas y Ernestina trabajan en el mismo lugar y todos los días, cuando salen de la oficina, él paga el café en la esquina porque gana más.
Francisca está en su clase de danza y espía por la ventana a unos pibes que juegan al fútbol afuera y desea haber nacido azul y no rosa, en este mundo todo gris.
Soledad tiembla de miedo cuando Hernán se le tira encima pero se queda callada porque teme que Hernán se vaya si le dice que no, Micaela reenvía a sus grupos de whatsapp una foto de una de sus amigas sin ropa, Julia no sale de su casa hace días porque en la escuela le cortaron la cara.
Estefanía vuelve a casa apurada, con el celular en la mano para avisar cuando por fin entre a ella y Sofía está escribiéndole una carta a su mamá porque no se anima a contarle en voz alta lo que le hicieron.
Cecilia anoche no durmió por quedarse leyendo lo que le dicen en las redes sociales, Jazmín y Lorena se besan en secreto.
Sergio acaba de pegar en un poste de luz una foto de su hermana menor.
Ya es de noche, son casi las diez y en las casas de todos ellos, legitimando, corrosiva, invasiva, impiadosa, se prende la televisión.
