Para el desarrollo de esta información, es necesario hacer un poco de historia. Durante la gestión del ex Intendente Juan José Sarasola, entre otros, se sortearon lotes de terreno de la Manzana N° 49 de Barrio Nueva Roma. Todo bajo el programa que aquellos que resultaran beneficiados, los pagarían de acuerdo a facilidades en la forma de hacerlo.
El sorteo se realizó con todas las formalidades de rigor, y los adjudicatarios recibieron la novedad con la lógica felicidad: acceder a un lote, y poder afincarse allí con sus familias.
Todo se trastocó en poco tiempo. Un particular se hizo presente el mismo día del sorteo y en los días posteriores, alegando derechos sobre los lotes sorteados por el Municipio.
Luego de estériles intentos de solución, y sin poder arribar a un acuerdo, se tomó la decisión de realizar una especie de «enroque»: a los adjudicatarios de los Lotes de la Manzana 49, en ese estado litigioso que aún en la actualidad perdura, se le otorgaron terrenos de otra Manzana, la N° 14, delimitada por calles Díaz Vélez, Echeverría, Pedernera y Alberdi.
Al comienzo, los vecinos se aliviaron. Si bien no era lo adjudicado, al menos tendrían esos terrenos que con toda legitimidad habían podido acceder. Pero también en este caso no fue duradera la sensación. Amén que las medidas de los lotes son menores a las medidas de los que habían correspondido en la tormentosa Manzana 49.
La Manzana en cuestión no tiene calles abiertas, presenta altos árboles -algunos de más de 15 metros de altura-, y lejos parece estar la provisión de servicios, tales como el agua y la energía eléctrica.
Los vecinos comenzaron a reclamar a la gestión municipal anterior, y pese a las promesas, no tuvieron respuesta alguna. El tiempo pasó, y comenzó una nueva gestión, la actual, de la que aún tampoco recibieron soluciones.
Agrupados en una especie de comisión, y hasta en un grupo de whatsapp, los adjudicatarios de los lotes han emprendido algo así como una autogestión, ante la falta de respuestas. Han ido a averiguar a empresas privadas costos para el retiro de los árboles, o a las empresas de servicios para intentar una solución. Sin embargo, en este caso, ha de ser el Municipio quien gestione dichas prestaciones.
Han habido reuniones con las autoridades actuales, quienes han referido las difíciles circunstancias por las que han atravesado desde que asumieron el control de la Ciudad, con paro de municipales mediante. Justo es decirlo, han heredado el problema, pero indudablemente han de ser ellos en este tiempo quienes procuren las respuestas.
Los vecinos refieren además la oscuridad de la zona, y hasta uno de ellos ha sufrido el robo de postes y alambres que habían adquirido para una al menos provisoria delimitación de su solar. Sin animarse demasiado a hacer declaraciones públicas dando su identidad, salvo en algún caso, los vecinos recurren a los medios, en la búsqueda de las soluciones que no llegan.
Refieren que no piden que les regalen nada, que quieren pagar los lotes de acuerdo a lo que corresponda, y los servicios de la manera en que también les compete. Sólo piden que se aceleren los pasos, para por fin tomar posesión de sus inmuebles, y comenzar a construir la tan soñada vivienda. Y cada vez reiteran más que están perdiendo la paciencia, que perciben una permanente indiferencia de parte de quienes les han hecho tantas promesas nunca cumplidas y que se sienten claramente vulnerados en sus derechos.
