CLARA CAMPOAMOR EN EL INSTITUTO CULTURAL CASILDA, por SANDRA MICHELÓN

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HISTORIA CON MUJERES… MUJERES CON HISTORIA

 

CLARA CAMPOAMOR EN EL INSTITUTO CULTURAL CASILDA

Es el 11 de octubre de 1939, el Teatro Moderno de la ciudad de Casilda se ve engalanado con una bandera argentina de ocho metros donada por la Sra. Matilde C. viuda de Crenna. Otras banderas contribuyen al decorado, especialmente la española encuadran el escenario donde seis hombres sentados al fondo observan a la principal oradora, Clara Campoamor: la feminista incómoda, la republicana acérrima, la principal impulsora del voto femenino en España durante la Segunda República en 1931.

¿Cómo y por qué llega Clara Campoamor a Casilda?…

Para responder esta pregunta debemos remitirnos al ambiente cultural de la sociedad de Casilda hacia fines de la década del treinta.

El veintiuno de mayo de 1938 se crea en esta ciudad el Instituto Cultural Casilda, dicha entidad surge de la fusión de la Comisión de Extensión Cultural (dependiente de la Biblioteca Popular “Carlos Casado”) y la Asociación Amigos de la Cultura (creada el 30 de julio de 1937 por un grupo de jóvenes locales).

Este Instituto en su declaración de principios se proponía: afianzar el sentido de la responsabilidad social; promover al estudio e investigación de los problemas argentinos; contribuir a la educación integral de la mujer; fomentar el arte popular y la cultura física como vínculo social y capacitar al hombre de campo.

La Municipalidad de Casilda subvencionaba en parte a esta Institución, no obstante se financiaba fundamentalmente a través de una estructura societaria y la adhesión de otras instituciones educativas, culturales y deportivas como: la Biblioteca Popular “Carlos Casado”; Biblioteca Ferroviaria “Domingo F. Sarmiento”; Cooperadoras de la Escuela Normal “Manuel Leiva” y de la Escuela “Aristóbulo del Valle”; Sociedad Argentina de S. M. “Estanislao S. Zeballos”; Club Social “Villa Casilda”; personal directivo y docente de la “Escuela Manuel Leiva”; miembros del Magisterio Provincial y Nacional; y el Círculo Deportivo Casilda.

Entre quienes impulsan la creación del Instituto Cultural Casilda, podemos mencionar a Rinaldo Lucchini, Germán Lange, Blanca Romerí, Miguel Ángel Ardiani, Óscar del R. Alvarez, Emilio Berrini, Adelina Cinalli, Camila Garino (compañera de Oscar Alvarez) y José Copello entre otros/as.

Según hemos podido constatar entre la proyección de sus obras se encontraba la creación de una escuela nocturna para varones y la fundación de una Universidad Popular, que al parecer, fue oficialmente inaugurada el 15 de junio de 1940 en las instalaciones de la escuela “Carlos Casado”.

Ahora bien, volviendo al tema que nos convoca, las Conferencias, constituían una acción nodal por el valor educativo que se le otorgaba a la palabra hablada. A su vez, para muchas personas ser conferencista constituía un medio de vida, una forma de ganarse el sustento.

El Instituto Cultural Casilda participaba activamente en la organización de las efemérides y en ese contexto a razón de la celebración de lo que para aquellos años se denominaba “Fiesta de la Raza”, en vísperas del 12 de octubre es convocada Clara Campoamor a dar una Conferencia en la ciudad.

Debe entenderse que esta fecha era concebida desde un fuerte sentimiento de hispanidad y de acuerdo a los discursos epocales el “Descubrimiento de América” debía a España el origen de la “civilización”. Desde estos lugares, quién con mayor autoridad que una española para disertar sobre la fecha en cuestión.

La cita para el evento en donde Clara Campoamor dio la conferencia fue el Teatro Moderno (ubicado entre las calles Buenos Aires y Mitre, frente al actual Cine Teatro Libertador, durante la década del sesenta este espacio fue conocido como el cine Luxor).

Por lo que se transcribe de una nota publicada en el periódico local “La Voz del Pueblo”, Clara Campoamor fue presentada con unas breves frases por el Dr. Lucchini.

No sabemos el contenido de esas frases, lo que si podemos afirmar es que nada breve puede contener una biografía tan intensa como la de Clara Campoamor. Por esto, permítasenos luego de más de ochenta años de esta visita, hacer una semblanza de su trayectoria política/biográfica.

Clara Campoamor nació el 12 de febrero de 1888 en la ciudad de Madrid, España, en el seno de una familia humilde. Luego de que su padre muriera prematuramente interrumpió sus estudios para trabajar primero de costurera y luego de dependienta de comercio, telefonista, profesora de mecanografía y funcionaria de Correos.

Fue una lectora voraz y a pesar de largas jornadas de trabajo, con más de treinta años completa la escuela secundaria y se recibe de Abogada en tiempo record. Su vida estuvo atravesada por un feminismo que había encarnado en las vivencias de una sociedad machista y desigual. Como integrante de la Asociación Femenina Universitaria y en la Academia de Jurisprudencia defendió sin tregua la igualdad de los derechos de las mujeres y la libertad política estrechando lazos con un feminismo transnacional.

En este devenir Clara Campoamor entiende que necesita incursionar en la política para poder pugnar por los reclamos feministas. El contexto de la Segunda República Española le ofrece la oportunidad para integrar las listas junto al Partido Radical, por haberse proclamado “republicano, liberal, laico y democrático”, idearios con los que se sentía identificada. Vale aclarar, que puede integrar la lista porque en ese momento las mujeres en España tenían una participación política pasiva, es decir, podían ser elegidas pero no ser electoras.

Clara Campoamor, junto a Victoria Kent (feminista del Partido de Izquierda Republicana) y Margarita Nelken (Partido Socialista) fueron las primeras mujeres en ocupar un escaño en el Parlamento español. Desde este lugar llevó adelante una lucha en soledad a favor del sufragio femenino, se enfrentó a su propio Partido y durante largas jornadas de debate refutó cada uno de los argumentos esgrimidos por amplios sectores de la izquierda y republicanos reacios a otorgar el sufragio a las mujeres. Incluso Victoria Kent y Margarita Nelken se oponen al derecho al voto porque consideraban que las españolas aún no estaban preparadas políticamente y terminarían votando influenciadas por la Iglesia y por ello a la derecha.

A pesar de las adversidades logra que el 1 de octubre de 1931 se sancione la igualdad política de las mujeres, dando derecho al sufragio femenino. En las elecciones de 1933 las españolas votan por primera vez, ni Clara Campoamor ni Victoria Kent renuevan su banca.

Triunfa la derecha y a partir de esta situación Clara Campoamor es acusada de herir la República. En su libro “El voto femenino y yo: mi pecado mortal” (1935) rememora: “…me sería difícil enumerar la cantidad, e imposible detenerme en la calidad de los ataques, a veces indelicados, que de palabra, por escrito y hasta por teléfono fui objeto reiterado; y no sólo yo, sino hasta mi familia. Si no desalentada, sí entristecida, vi desatada contra mí una animosidad desenfrenada y malévola. Contra ella di pruebas de cumplida paciencia, esperanzada en que la necedad humana no puede durar siempre” (pp. 14-15).

En el año 1934 envía a su partido político una carta de renuncia magistral que la muestra entera en sus convicciones e incomoda a los mandatos orgánicos exigidos por la política.

Luego del golpe de Estado de Francisco Franco en 1936 y el advenimiento de la Guerra Civil Española, Clara Campoamor inicia su camino de exilio, en ese derrotero uno de sus principales destinos fue la república Argentina.

Llega a nuestro país en el año 1938 donde residirá durante diecisiete años, luego parte rumbo a Suiza sitio donde muere olvidada en el año 1972. No pudo volver a España, el régimen franquista le había abierto una causa por masonería.

En la época de exilio argentino escribe ensayos de divulgación literaria y poética en la revista Chabela, al tiempo que se dedica a brindar conferencias para conseguir el sustento.

Ésta es la Clara Campoamor que llega a la ciudad de Casilda en 1939, la feminista punzante para la izquierda y la derecha, la exiliada, la que proclamo “el derecho de la mujer a equivocarse”. En esta ciudad la invitan a hablar de España, suponemos que la literatura habrá podido constituir un atajo para evadir la ingratitud, la infamia, la desidia y el fascismo de esa patria, que en Casilda debía elogiar y la había expulsado del otro lado del Atlántico.

No obstante, la necedad humana no puede durar para siempre, en la actualidad Clara Campoamor es un icono en las luchas sufragistas en España y el mundo. Vaya estas palabras como una contribución a la memoria histórica de una Historia con mujeres y una Mujer con Historia que visito Casilda en 1939… Clara Campoamor.

 

Por SANDRA MICHELÓN – Profesora de Historia

 

 

 

 

 

Fuente:

Instituto Cultural Casilda. Su labor. 1938-1939/1939-1940. Casilda, Santa Fe.

Campoamor, Clara (1935). El voto femenino y yo: mi pecado mortal. España: Instituto Andaluz de la Mujer, 2001.

Bibliografía

Fagoaga, C. y Saavedra P. (1981). Clara Campoamor. La sufragista española. España: Instituto de la Mujer, 3° edición, 2007.

Filmografía:

“Clara Campoamor. La mujer olvidada”. Directora: Laura Maña. Estreno: 8 de marzo de 2011.