POTENCIAL MENTE
“ANNE WITH AN E” Y EL HÁBITO HUMANO DE “LEER LA MENTE”
Solemos estar seguros de cómo piensan los demás, ¿no? Tenemos suposiciones del estilo: «Debe haber pensado que soy un tonto» / «Me dijo eso porque no le importo» / «Hace esas cosas para que me dé cuenta que le caigo mal» y muchas otras. Incluso, imagino que ahora, mientras leés, se te vienen a la mente muchos ejemplos más…
En Psicología (Psicología Cognitiva, para ser más precisos), a este tipo de pensamiento lo llamamos “Lectura de Mente” y es, valga la redundancia, una distorsión cognitiva.
Vamos por parte:
- Las distorsiones cognitivas son interpretaciones «erróneas» de la realidad. Suelen presentarse en forma de pensamientos automáticos y como hábitos de percibir y concebir al mundo, a los demás, a nosotros mismos, al presente, pasado, futuro y situaciones específicas o eventos generales.
Todos tenemos estas distorsiones y pocas veces nos damos cuenta que influyen mucho en nuestra forma de sentir y actuar.
El trabajo terapéutico hace foco, muchas veces, en la refutación de estas interpretaciones erróneas, generando pensamientos alternativos, más adaptativos.
Hay varios tipos de distorsiones cognitivas (si les interesa, podemos seguir charlándolo en otros artículos). Uno de ellos es el que les cuento a continuación:
- Lectura de Mente: se trata, justamente, de convencernos (sin pruebas suficientes) que otra persona piensa tal cosa. La mayoría de las veces esta suposición tiene un tinte negativo: creemos que no le caemos bien, que piensa cosas “feas” de nosotros, etc. Es importante destacar que todas estas inferencias se dan sin justificación, sin tener pruebas a favor o en contra de ese pensamiento. Es el hábito de suponer lo que el otro piensa, de creer que podemos leerle la mente.
¡Ahora se viene la parte más interesante! En Netflix, hay una hermosa serie llamada “Anne with an E”, ¡recomendadísima! Es la versión recargada, modificada del clásico libro “Ana de las tejas verdes” , de Lucy Maud Montgomery.
La protagonista de la serie tiene el hábito de hacer interpretaciones erróneas; abundan los ejemplos de sus lecturas de mente, y suele meterse en varios problemas por ello. Afortunadamente, logra un aprendizaje espectacular: en los últimos capítulos dice que se está haciendo daño a sí misma imaginando lo que otra persona piensa y por eso decide ir y preguntar, afirmando que en el peor de los casos sufriría por hechos y no por #suposiciones. Por suerte, el desenlace es mejor del especulado…
No cuento más para no “spoilear”. ¡No se la pierdan! ¡Y no se olviden de ejercitar la detección temprana de aquellos pensamientos automáticos (que todos tenemos) del tipo lectura de mente!
“No asumas, no leas la mente, no des por hecho, no adivines, mejor pregunta” (autor desconocido).
Por JIMENA MESTRE – Lic. en Psicología – Mat. 8309
Tratamiento de traumas, fobias, pánico.
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