«¿LO TOMAS O LO DEJAS?», por GISELA MONTANARI

0
529

SÓLO SE TRATA DE SENTIR

¿LO TOMAS O LO DEJAS?

A veces… ante un momento de indecisión, es mejor que te cuentes la verdad…tan solo dejándote guiar por eso que te ocurre cuando te escuchas…

¿En cuántas oportunidades andas por la vida con el convencimiento de que lo que te sucede tiene que ver con lo que el otro te quita o te da?… ¿a quién estás viendo cuando piensas en eso? ¿Qué proyectas en las personas que haces responsable de tu padecer? ¿A dónde más puedes ir para confirmar lo que nunca vas a tener?

Cuando imaginas eso que te es difícil alcanzar, ¿qué sientes? ¿Qué más pasa? ¿Podrías visualizar que lo dejas? Si ya no te dispones a seguir insistiendo con eso, ¿hacia dónde se dirige tu disposición? Te invito a quedarte un segundo allí, observando que efecto se produce  mientras dejas de luchar. ¿Cómo responde tu cuerpo? ¿Hay contracción en tu pecho, o, por el contrario, sentís expansión? ¿Te genera espacio para respirar o hay agitación? Te sugiero que te tomes el tiempo para darte cuenta de la temperatura de tus pies, si las manos transpiran, o más bien entró un calorcito en el cuerpo retornando tu circulación.

Seguramente…en estos momentos sabrás, en tu interior, si lo que tanto anhelas lo transitas como una carga o un deseo que te impulsa hacia lo nuevo.

Ahora bien, si realmente es tu deseo, ¿cómo te paras frente a él? ¿Como es tu accionar de cara a las opciones para lograrlo? ¿Estás caminando en esa dirección? ¿O más bien esperas con los brazos cruzados a que el universo lo traiga repitiendo frases afirmativas? Sin duda, las afirmaciones positivas son muy bienvenidas para gestionar pensamientos que nos conducen a emociones placenteras, pero si no revisamos cual es la parte responsable que nos toca en esto, vamos a permanecer en ese lugar, mientras la vida pasa, diciéndonos frases bonitas. En un lugar de espera, pasivo, de mucho confort, apoyándonos en nuestras propias quejas infantiles como si fuesen almohadones en un sillón.

Y si prestas un poco más de atención en lo que pretendes alcanzar… ¿Predominan los obstáculos o las oportunidades? ¿Te pusiste a pensar qué pensaría tu proyecto de vos? Imagina que tu aspiración o tu deseo es una persona y que por lo tanto tiene vida ¿Se siente respetado o respetada ante tus intenciones? ¿Cuánto suma a tu vida concretarlo? Y a tu meta; ¿Le sumas? ¿A cuántos beneficia tu participación en este propósito? ¿Desde qué movimiento amoroso sirven tun recursos a contribuir al éxito de muchos?

No sé por dónde andas con tu “darte cuenta”, si lo estás viendo más claro o hay más confusión que antes…

Con tu permiso…te digo algo. No te derrumbes si las señales fisiológicas y emocionales te expresan que por ahí no es…porque no hay mejor maestro que la realidad en el tiempo presente para lograr tu verdadera transformación. Esa que nace desde una postura adulta que es capaz de aceptar la realidad tal cual es.   Porque seguramente con eso que se va, le estás haciendo espacio a lo nuevo en tu vida. Lo importante aquí es que no te pierdas en lo que no es o no fue. Y que esa pérdida puede tener un buen lugar en tu corazón, si, un buen lugar…porque lo que no pudo ser, también es tu historia, y está en tu alma. Y quizás te sorprendas, después de unos años, sobre eso que no te fue dado y que hasta te contaste que te lo arrancaron de las manos, ese “NO”, resultó ser el primer peldaño de la escalera hacia el éxito en tu vida. Estas son las oportunidades que te puedes ofrecer para resignificar tantos otros “NO” en tu existencia, representados por los desencuentros, momentos de soledad, falta de afecto, miedo, etc. Probablemente sea buen momento para empezar a poner en palabras los acontecimientos y así apropiarte de tus vivencias.  Esas que te enseñaron a sobrevivir transformando el dolor en recurso, buscando nuevas conexiones. Y por qué no…comenzar a mirar otras que aún siguen atrapadas en tu sistema nervioso expresándose a través de tu cuerpo y de tu mente.

Pero hablemos un poco del sí….

Ese primer “SÍ” que se te regaló a través de tus padres en la concepción, ese “SÍ” de tu madre al arriesgar su vida para darte la tuya…y esa fuerza del “SÍ” con la que te arriesgaste a lo desconocido saliendo de la zona de confort, del útero materno que te protegió, para relacionarte con el mundo exterior, de la mano de tu padre.

Tu primer éxito fue tu nacimiento.  Lo que sin dudas debes tomar con fuerza para seguir hacia adelante en la vida. La primera vez que lo lograste, con todo lo que fue y también con todo lo que no fue.

Tal vez lo que continuó no fue grato…ni cálido, ni acogedor…o viviste situaciones de miedo y de invasión sin poder decidir qué hacer.  El pasado no lo puedes cambiar, pero puedes resolver qué hacer ahora con lo que sientes, desde la madurez.

Hoy puedes decidir…

O te inventas una historia diferente para sentir orgullo…(negándote)

O juzgas tales hechos con los que no estás de acuerdo…(rechazándote)

O asentís al origen tal como fue haciéndote cargo de que vienes de ahí…(integrándolo)

Esta tercera opción, te va a permitir mirar tu propia historia con más amplitud, y junto con eso la capacidad de elegir algo diferente, comenzando desde donde estás, para evitar que el futuro se convierta en un eterno pasado. Descubriendo ese movimiento amoroso hacia adentro…algo te predispone a comprender que como tratas a tu origen…te tratas a ti mismo…y de la misma manera…la vida se comporta contigo.

Si aún no te diste cuenta si estás en el camino correcto, intenta sentir a tus padres detrás…y a los hombres y mujeres que hicieron lugar para que hoy estés en la vida…en este momento y en este lugar…

Te aseguro que no habrá mejor brújula para hallar el camino…que encontrarse a sí mismo…

Lo puedes tomar o dejar…lo que verdaderamente importa…es que es tu elección…

Te invito a que lo sientas

 

Por GISELA MONTANARI –  Licenciada en Terapia Ocupacional / Facilitadora en Constelaciones Familiares – Avalada por (C.L.C.F.) / Nivel Intermedio Somátic Experincig Trauma Institute (SETI)