PALABRAS EMPLEADAS EN PANDEMIA (Primera Parte)
El año 2020 cambió nuestra forma de hablar. Palabras que no estábamos acostumbrados a usar comenzaron a formar parte de nuestra oralidad y de nuestra escritura. COVID-19; pandemia, epidemia y sindemia; cuarentena, aislamiento, distanciamiento social y confinamiento; infodemia; hisopar; burbuja; cubreboca, tapaboca, mascarilla y barbijo; brote, rebrote, ola y oleada; desinfectar y sanitizar (desinfección y sanitización); vacuna e inmunización. Si bien no se trata de palabras nuevas, se puede decir que eran términos poco frecuentes en la cotidianidad. El 2021 comenzó sin cambios en este sentido y la percepción general indica que aún los seguiremos empleando por algún tiempo más. En esta primera parte del artículo nos ocuparemos de aclarar los ocho primeros conceptos de la lista (COVID-19, pandemia, epidemia, sindemia, cuarentena, aislamiento, distanciamiento social y confinamiento).
En este contexto es pertinente redefinirlos teniendo en cuenta lo que establecen la Fundación del Español Urgente (Fundéu) y/o el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE):
El nombre de la enfermedad es COVID-19 o covid-19 (cualquiera de las dos escrituras es correcta); se trata de un sustantivo cuyo artículo es femenino (al igual que sucede con otras siglas: el SIDA es el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida y la ELA es la Esclerosis Lateral Amiotrófica, por ejemplo; no obstante, el uso del masculino no se considera incorrecto; la vacilación en la elección del artículo es habitual en casos como este en los que el componente principal no queda claro para los hablantes, como explica la Gramática) y su nombre proviene de la sigla inglesa de coronavirus disease, “enfermedad del coronavirus”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) denominó COVID-19 (acrónimo de coronavirus disease) a la enfermedad causada por el coronavirus (en singular: el coronavirus; en plural: los coronavirus) y escribe este nombre con mayúsculas y con un guion antes de los dos dígitos, en línea con códigos similares recogidos en la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD, por sus siglas en inglés). En español la pronunciación mayoritaria es aguda (/kobíd/), mientras que en inglés es grave o llana (/kóvid/). Esta identificación se aplica a la enfermedad, no al virus, al que oficialmente el Comité Internacional de Taxonomía de Virus ha pasado a denominar SARS-CoV-2. No obstante, si en un texto general se desea lexicalizar esta denominación pasándola a minúsculas, lo adecuado es no dejar la inicial mayúscula porque se trata de un nombre común de enfermedad (covid-19; el guion forma parte del nombre establecido y nada impide conservarlo, pues, como explica la ortografía académica, en aquellas piezas léxicas constituidas por una combinación de segmentos de cifras y letras se han venido separando tradicionalmente dichos segmentos con guion. En cambio, no es adecuada la grafía Covid-19, en la que se mantiene la mayúscula inicial como si se tratara de un nombre propio. Cabe la posibilidad de emplear, igualmente, expresiones descriptivas como enfermedad del coronavirus o neumonía por coronavirus. En estos casos, puesto que no se está indicando de qué coronavirus se trata, es posible añadir COVID-19 para especificarlo. Asimismo, es frecuente el uso de la forma acortada COVID o covid, que, si bien es menos precisa, no puede considerarse incorrecta.
Tanto el Diccionario de la lengua española como el Diccionario de términos médicos de la Real Academia de Medicina, establecen la distinción tradicional entre los términos epidemia y pandemia: el primero se refiere a una enfermedad que se propaga por un país durante algún tiempo, mientras que el segundo es indicado cuando la enfermedad se extiende a otros países. Por tanto, para referirse a la propagación del nuevo coronavirus y de las infecciones que provoca sería posible utilizar, en general, el término pandemia, puesto que se ha detectado el virus en 38 países. No obstante, la OMS prefiere emplear pandemia solo cuando una nueva enfermedad grave se ha propagado por todas las zonas sanitarias del mundo, por lo que considera más apropiado emplear la expresión epidemia o, en un contexto más técnico, emergencia de salud pública de preocupación internacional (PHEIC por sus siglas en inglés). Se recuerda asimismo que las expresiones pandemia global y pandemia mundial no se consideran redundancias incorrectas.
Con respecto al vocablo sindemia, que también es válido, hay que aclarar que designa una sinergia (acción conjunta de varios órganos en la realización de una función; incremento de la acción de diversas sustancias debido a que actúan conjuntamente) de epidemias que comparten factores sociales y que coexisten en tiempo y lugar, interactuando entre sí. Se trata de la coexistencia durante un período y en un lugar de dos o más epidemias que comparten factores sociales, de tal modo que estas se retroalimentan entre sí y acaban interactuando y causando secuelas complejas (desde esta óptica, por ejemplo, las altas tasas de enfermedades crónicas, como la diabetes, los accidentes cerebrovasculares o la obesidad, junto con los riesgos medioambientales, han provocado un aumento de las muertes por la covid-19, sobre todo entre la población más vulnerable). Sindemia es un neologismo que procede del inglés syndemic. Tanto en esta lengua como en español, puede explicarse por la acronimia (procedimiento para la formación de palabras mediante la unión de letras o sílabas del principio y el fin de dos o más palabras que forman una expresión.) de las voces synergy y epidemic, y sinergia y epidemia, respectivamente. También puede haberse formado a partir del prefijo sin-, que significa unión y el sustantivo epidemia. Es un término válido que no cabe censurar.
Cuarentena, aislamiento, distanciamiento social y confinamiento denotan medidas de contención para evitar la propagación de una enfermedad contagiosa. Sin embargo, la cuarentena se aplica ante la sospecha de que una persona o un grupo de personas están infectadas (tal como indica el Diccionario de la lengua española, es un aislamiento preventivo al que se somete durante un período de tiempo, por razones sanitarias, a personas o animales por lo que no necesariamente implica un período de 40 días), mientras que el aislamiento se da cuando se ha confirmado el contagio. El distanciamiento social consiste en alejarse de lugares concurridos y restringir la interacción entre las personas tomando cierta distancia física o evitando el contacto directo entre ellas (esta medida se implementa cuando en una comunidad existen personas infectadas que, al no haber sido identificadas ni aisladas, pueden seguir transmitiendo la enfermedad; por ello implica el cierre de lugares donde hay mayor concentración de personas). El confinamiento es una intervención que se aplica a nivel comunitario cuando las medidas mencionadas anteriormente han sido insuficientes para contener el contagio de una enfermedad y consiste en un estado donde se combinan estrategias para reducir las interacciones sociales como el distanciamiento social, el uso obligatorio de mascarillas, restricción de horarios de circulación, suspensión del transporte, cierre de fronteras, entre otras medidas.
En el próximo artículo, Segunda Parte de este, completaremos la lista con las quince palabras restantes.
Por MARCELA RUIZ – Profesora de Castellano, Literatura y Latín / Escritora