Varón, vecino del AMBA, mayor de 80 años, sin vacunar. Ese fue el perfil más común de las víctimas fatales del coronavirus durante la primera ola que golpeó a mediados de 2020. La segunda ola, ya con millones de vacunas aplicadas, cambió el perfil de los muertos por COVID-19. El virus atacó a los más jóvenes entre los adultos mayores: la franja de entre 60 y 69 años sin inocular acumuló la mayor cantidad de fallecidos, según el análisis por rangos etarios realizado por la Unidad de Datos de Infobae sobre información del Ministerio de Salud.
Los adultos mayores fueron las principales víctimas del coronavirus. Una de las primeras certezas que la comunidad científica recibió a medida que el COVID-19 se expandía por el mundo era: a mayor edad, más probabilidades de muerte. La tendencia se ratificó también en Argentina. Esa franja etaria, que se extiende desde los 60 hasta los pacientes más longevos de más de 100 años, representa casi el 80% de los muertos en el país en toda la pandemia.
Los más golpeados fueron los mayores de 80, que acumulan cerca del 30% entre los más de 100.000 muertos, según los datos del Ministerio de Salud. Las franjas etarias más afectadas que le siguen son 70-79 años con un 27% de las muertes y 60-69 años con un 22% del total. Y el riesgo de morir continúa en descenso a medida que baja la edad.
Los adultos mayores sufrieron especialmente durante la primera ola de COVID-19 en Argentina, que tuvo su pico entre septiembre y octubre de 2020. El 84% de los muertos de ese primer impacto del COVID eran mayores de 60 años en adelante, según se desprende del análisis de los datos oficiales. En particular, los mayores de 80, que representaron el 35% de los fallecidos en esa primera ola.
Pero esos números cambiaron en la segunda ola. Los descensos más notables se registraron entre los mayores de 80, cuyas muertes bajaron hasta convertirse en el 21%. También cayeron los muertos en la franja 70-79 años, la más beneficiada con la vacunación porque cuentan con más movilidad e independencia que los más longevos.
¿A qué se debe esta tendencia? A las vacunas. “La vacunación ha tenido un impacto importantísimo para prevenir la mortalidad, en especial, con un esquema de dos dosis. Esta es la clave del descenso de muertes entre los más mayores”, aseguró la infectóloga Angela Gentile. Efectivamente, el pico de la segunda ola tomó, en buena parte, a los mayores de 70 años en adelante con la pauta completa de vacunación.
“Hay otros factores. Por ejemplo, hemos aprendido a manejar mejor los protocolos para los adultos mayores. Ellos se cuidan más que en la primera ola y los geriátricos saben mejor cómo cuidarlos. Hubo que aprender que eran un grupo muy vulnerable antes de que llegara la vacuna”, explicó la infectóloga que forma parte del comité de expertos que asesora al gobierno.
Segunda ola, muertos más jóvenes
Como la contracara de este descenso aparece la generación de 60 a 69 años, que acumuló el 25% de los muertos esta segunda ola. Algunos vacunados con una dosis y otros, directamente, no llegaron a inocularse ante la falta de vacunas en mayo y junio, los meses del pico. Los datos de la segunda ola indican que tanto ellos como la franja de 50-59 años (con una fuerte suba que se duplicó hasta el 18%) fueron los que más sufrieron el COVID-19 en este 2021.
Con pocas vacunas, los argentinos de entre los 50 y 69 años, laboralmente activos, ya no contaron con la protección que generó el aislamiento obligatorio del año pasado. Esa exposición, junto con la aparición de cepas más contagiosas y letales como la de Manaos, multiplicaron los casos y las víctimas, concluyeron otros expertos consultados por Infobae. “Es el grupo que recién ahora está completando su vacunación. Seguramente cuando impacte el efecto de las vacunas veremos una baja en esos números también”, agregó Gentile.
En esa misma línea, los muertos más jóvenes también aumentaron en la segunda ola. Se triplicaron los fallecimientos de personas entre 30 y 39 años, que representaron el 3% de las muertes. Lo mismo ocurrió con la franja de 40-49 años, que subió hasta el 9%.
Entre los más longevos, se registraron 314 mayores de 100 años que fallecieron por COVID-19. Más allá de algunos errores de tipo en la carga de los datos oficiales (figura una persona de 211 años y varias de 121 años), el Ministerio de Salud registró la muerte de contagiados de 105, 106 y hasta 107 años.
Más hombres que mujeres
Las estadísticas globales marcaron que, a lo largo de esta pandemia, los hombres sufrieron más el coronavirus que las mujeres. La revista científica The Lancet ratificó esa tendencia cuando publicó un estudio realizado sobre población europea. La situación se repite también en la Argentina: el 57% de los más de 100.000 muertos por coronavirus fueron hombres, según los datos del Ministerio de Salud. Las mujeres, en cambio, representaron el 41% de las víctimas. En el resto de los casos, no hay datos.
¿A qué se debe esta diferencia? Los médicos sostienen que está vinculado al sistema inmunológico femenino, que -aseguran- es más robusto que el masculino. Akiko Iwasaki, profesora de Inmunobiología en la Facultad de Medicina de Yale, realizó un estudio publicado por la revista científica Nature en base a los contagiados de un hospital en Connecticut, Estados Unidos. Su conclusión es que los hombres no producen una respuesta inmunitaria tan intensa como las mujeres.
¿Cómo se procesó la información?
La Unidad de Datos de Infobae analizó el repositorio de datos abiertos que contiene información desde el inicio de la pandemia. A partir de esa información se analizaron fallecimientos por rangos etarios y el registro de los muertos mayores de 100 años de edad.
Fuente: Investigación periodística de Iván Ruiz y Sandra Crucianelli para INFOBAE