Un informe demuestra que, al igual que en la mayor parte del país, la provincia mantuvo, hasta antes de la pandemia, en alza sus índices de promoción escolar, tanto en primaria como secundaria. Los datos sirven de marco para el debate abierto sobre la flexibilización en los criterios de evaluación post Covid.
En el período prepandemia, el porcentaje de estudiantes que pasó de año aumentó 4,7 puntos en secundaria, mientras que en primaria fue de 1,4 puntos porcentuales.
El documento aclara que por alumnos «no promovidos» se refiere a aquellos que no cumplen con los requisitos mínimos de acreditación de los aprendizajes correspondientes a un grado/año y, por lo tanto, no pueden acceder al cursado inmediato superior.
Más específicamente, indica que la tasa de no promoción para el nivel secundario tuvo una caída del 18,4% en 2011 al 13,7% en 2019. Y en el mismo período, pero en primaria, el indicador disminuyó de 3,1% a 1,7%.
En Santa Fe, la secundaria tuvo un crecimiento similar a la media nacional, apenas unas décimas por debajo: un 20,3% de los jóvenes no lograba pasar de año en 2011 y un 16,2% fue en 2019, por lo que hubo una caída (o un crecimiento de promocionados) de 4,1%. Mientras que en la primaria el crecimiento fue mayor al promedio: era de 5,1% en 2011 y fue de 1,3% en 2019, totalizando una diferencia del 3,8%.
PROMOCIÓN POR PROVINCIAS
Por el lado del nivel primario, la provincia que más aumentó sus niveles de promoción entre 2011 y 2019 fue Santiago del Estero: la tasa cayó 6,6 puntos porcentuales. Y las provincias donde más chicos pasaron de año a 2019 fueron Neuquén (0,3%), Jujuy y Chubut (0,2%). Mientras las que presentaron más dificultades fueron Corrientes (5,3%), Santiago del Estero (3,5%) y San Juan (2,9%).
Uno de los autores del informe, Flavio Bucino, docente y especialista en gestión educativa, señaló que «los sistemas educativos del mundo van abandonando la repitencia y adoptando la promoción pedagógica». Y agregó que «es notable cómo estos cambios de régimen de promoción son aceptados y hasta celebrados por la comunidad académica, pero encuentran fuertes resistencias tanto en las familias como en el cuerpo docente».
El informe sitúa un quiebre estadístico en el 8° año de escolaridad para todo el país. Una explicación asoma en las dificultades que los estudiantes pueden encontrar al pasar de nivel. Es que en el sistema educativo argentino, el 1° o 2° año de secundaria, según la organización de cada provincia, es el que presenta mayores niveles de no promoción. Y le sigue de cerca el último año de secundaria, en el que deben aprobarse todas las materias para completar el ciclo.
Este aspecto de la educación argentina no es nuevo. Desde hace más de una década los ministerios implementan cambios pedagógicos y curriculares tendientes a reducir esta brecha, considerando que en una gran cantidad de ocasiones, repetir de año deriva en el abandono de los estudios. De allí que las estadísticas marcan una mejora sostenida, aunque no suficiente, en este nivel.
Al respecto, Bucino planteó: «Es claro que las nuevas formas de promoción pedagógica como medida aislada no solucionan la falta de adquisición de aprendizajes relevantes de los alumnos. Sin embargo, modificar una práctica nociva como la repitencia implicará indefectiblemente un avance: abandonarla obligaría a la comunidad educativa a buscar soluciones realmente eficaces para apoyar a los alumnos con dificultades de aprendizaje».
Sin embargo, la llegada de la pandemia, puso nuevas dificultades sobre la mesa. Al desgranamiento de la matrícula se sumaron los malos resultados tanto en las pruebas estandarizadas nacionales como internacionales, que evidencian mermas en la calidad de los aprendizajes. A modo de ejemplo, las Pruebas Aprender 2019 mostraron que solo el 28,6% de los alumnos del último año de la secundaria alcanzó un nivel satisfactorio en Matemática. Y las Pruebas Erce de la Unesco de 2019 revelaron el peor promedio en desempeño educativo de las primarias de la Argentina desde que son implementadas.
Ante esta doble disyuntiva, muchas provincias se encuentran actualmente diseñando estrategias para contener un posible aumento de la cantidad de alumnos que repiten y que ello provoque un retroceso en las tasas de abandono escolar.
En este sentido, Claudia Balagué, ex Ministra de Educación de Santa Fe, reflexionó: «La escuela secundaria no encuentra el equilibrio entre promover, garantizar la calidad de los aprendizajes y evitar el abandono escolar».
Consultada sobre los datos del informe en el período que la tuvo en funciones y trazando un análisis extendido a las problemáticas postpandemia, Balagué sostuvo: «La mejora en los datos de promoción es auspiciosa en los años prepandemia cuando se logra con seguimiento de trayectorias escolares, apoyo por fuera del horario escolar, tutorías, nuevas estrategias pedagógicas y didácticas. No es auspiciosa si se logra con meras resoluciones administrativas. No es bueno el ‘siga, siga’, pero tampoco el ‘te obligo a tropezar dos veces con la misma piedra’, sin ensayar nada nuevo, solo como castigo».
Fuente: El Litoral.