ALERTA MUNICIPAL

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El fin de semana largo se desperezaba entre el viernes de las vísperas y el lunes feriado por el traslado de la conmemoración del Día del Libertador. Pero en medio de la calma, el texto publicado en su perfil de la red social Facebook por el Secretario General del Sindicato de Empleados Municipales de Casilda, Walter Britos, el lunes 21 de agosto, encendió las primeras luces de alerta:

“Como para ir arrancando la semana se le informa a los compañeros municipales de Casilda que estén atentos, estamos evaluando qué día y dónde haremos la Asamblea. El pasado jueves a las 13, una primera asamblea en el corralón ha pedido el estado de alerta y movilización, nos hemos cansado de aquellos que vinieron y prometieron premios y castigos, por ahora sólo se han visto castigos y malos tratos. Nosotros somos trabajadores municipales y no sirvientes de algún funcionario de turno. Estemos atentos!!” (sic).

Britos suele hacer un uso frecuente de Facebook, para comunicarse con sus compañeros, sea para informarlos o convocarlos. Si bien todo comenzó a trascurrir en un ambiente de ostracismo, trascendió en ese momento que la molestia tenía que ver con la contratación de un grupo de abogados para controlarlos y sumariarlos, en lugar de dar cabida a cursos de capacitación que vienen pidiendo para no equivocarse en sus tareas y evitar justamente esos sumarios.

De todos modos, era sólo el comienzo. El martes 22 sobre el final de la tarde, el mismo Britos volvía a hacer uso de Facebook para convocar a Asamblea:

“El STMC convoca a asamblea dentro de los plazos estatuarios correspondientes, es de suma importancia contar con la presencia de todos los trabajadores del municipio, ya que los temas a tratar están ligados a todo el personal municipal” (sic).

La publicación venía con fotografía incorporada: la del anuncio de la Asamblea, cuyo texto daba cuentas del estado de situación:

“ASAMBLEA. En carácter de urgente!! Día: 24/08/17. Hora: 19. Lugar: Sede Sindical. Temas Diversos: suplementos, contratos, cesantías, hostigamientos y persecuciones, quita de suplencias, sumarios, tratamientos de decretos y resoluciones que perjudican al trabajador y adelantos de sueldos”. El cartel en cuestión introducía, entre otros, dos elementos que serían centro de todas las palabras en los días siguientes: Decreto y Hostigamientos y persecuciones

Comencemos por el decreto. Se trata de uno que emitió el DEM, fechado el 7 de agosto, por el cual el Intendente faculta a sus secretarios a que determinen los servicios esenciales básicos que los empleados municipales deben prestar durante las medidas de fuerza decididas por el Sindicato.

El Dr. Marcelo Lesgart, abogado del Gremio de Municipales, sostuvo públicamente que el decreto en cuestión atenta contra el derecho a huelga de los trabajadores, haciéndolo inconstitucional.

El abogado manifestó: “Se trata de un decreto escandaloso. Se puede hacer parto, pero hay que ir a trabajar. Es de un nivel de desparpajo nunca visto. La decisión está en manos de las Secretarías que dependen del Intendente, lo que se deja trabajando al 50 % de la planta”

Dentro de sus manifestaciones, Lesgar refirió al otro punto: el descripto en el anuncio a Asamblea como “hostigamiento y persecuciones”: “Saco al Intendente del medio, pero para dialogar nos han puesto a un sordo que no escucha, y es imposible dialogar con alguien así. A muchos de nuestros trabajadores los sacan a escobazos, y así no se puede manejar la relación con una gestión municipal”. Se refirió a una «virtual Jefatura de Gabinete en el Municipio”, y adelantó que los pasos a seguir serán los de interponer un recurso ante la Federación de Sindicatos de Empleados Municipales de la Provincia de Santa Fe (FESTRAM), para que a través de la Confederación de Trabajadores Municipales de la República Argentina se denuncie a la Municipalidad de Casilda en la Organización Internacional del Trabajo…

Fue el mismo Intendente de la Ciudad, Juan José Sarasola, quien salió al cruce de las agudas declaraciones de Lesgart: «Se está mal interpretando los alcances del decreto, que lo único que hace es fijar las guardias mínimas. Se manifiesta una gravedad que nada tiene que ver con la realidad. Jamás puede ser nuestra intención restringir derechos, sino mejorar el servicio que se presta. No es verdad que no se pueda dialogar, en esta administración priorizamos el diálogo permanente”.

A esta altura de los acontecimientos, lógicamente el conflicto tomó un alto estado de conocimiento público. Más aún con las redes sociales ardiendo con opiniones y expresiones referidas a la situación, y más aún en tiempos políticos, cuando la importante elección de octubre está a la vuelta del almanaque, y donde muchos juegan su juego.

Hubo quienes tildaron los hechos de operativo mediático, quienes se expresaron diciendo que los trabajadores no tienen por qué enojarse si los controlan, quienes se manifestaron dolidos porque al empleado municipal se lo critica injustamente no siendo así de severos con otros trabajadores, y quienes emprendieron con duras expresiones contra unos  o contra otros.

Hasta hubo un llamativo contrapunto de fotografías, que sigue en estas horas, algunas intentando demostrar la poca contracción al trabajo de los empleados municipales, según quienes las publicaron, y otras mostrando tareas y esfuerzos que no muchas personas harían y que los municipales realizan durante su labor. En ambos casos, y como en todos los casos, las generalizaciones son siempre injustas.

Hasta que llegó el día señalado para la Asamblea. El jueves 24, a las 19, una multitudinaria convocatoria colmó con más de 200 trabajadores municipales la sede sindical, y Britos se entusiasmaba en Facebook: “Si esto no es unión, la unión dónde está…?? Gran convocatoria de trabajadores para mostrar su malestar con las medidas que toma el Poder Ejecutivo local. Hoy dijimos basta…!!!”

La Asamblea decidió pedir un cambio de interlocutor en sus negociaciones con el Ejecutivo, negándose a tener más contacto de aquí en adelante con la Sub Secretaria Legal y Técnica del Municipio, Dra. Patricia Ferraretto, ni como Sindicato ni como trabajadores. Se mostró malestar por trabajadores municipales que se sienten sumariados “por cualquier cosa”, se manifestó que sienten una persecución por parte del Ejecutivo, y se decidió pedir la anulación del decreto más arriba mencionado, por considerarlo inconstitucional y contrario al derecho a huelga. Britos manifestaba en una entrevista radial que “nunca los creímos capaces de una cosa así…”

Sobre el comienzo de esta semana, el Intendente de la Ciudad puso paños fríos, reiterando bajo ningún punto de vista pretenden minimizar el derecho a huelga de los trabajadores, y que si los argumentos legales del Sindicato y su profesional abogado son válidos, si hay que rever algún aspecto están dispuestos a hacerlo. Y en referencia a la sensación de persecución que manifiestan los trabajadores expresó que la única vara que tienen en su gestión para medir al trabajador es su labor.

Fue el martes 29 al mediodía, cuando Sarasola se reunió con el Sindicato. Si bien no reveló cuestiones de fondo, Walter Britos relató en una nota radial que el encuentro se había desarrollado en términos cordiales, valorando la presencia en dicha reunión acompañando a Sarasola del Secretario de Gobierno Pablo Tomat.

Según el Secretario del Sindicato informó, la reunión pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes próximo también en horas del mediodía. Sarasola pidió la presencia para cuando se reanude la cita de representantes de FESTRAM, y según todo parece indicar, para evaluar el polémico decreto. La Subsecretaria Legal y Técnica no participó de la reunión citada.

Habrá ahora que esperar hasta el próximo lunes. Esperar el encuentro se reanude luego del cuarto intermedio. Y esperar se pueda llegar a un consenso.

Todo Municipio necesita de sus trabajadores. Y toda comunidad necesita de los empleados municipales. Esto que es tan obvio, a veces parece no entenderse de este modo, y muchas veces se los valora únicamente en su ausencia, como cuando están de paro, por ejemplo. Otras veces somos con ellos demasiado severos o exigentes, como si no se tratara de personas que trabajan, como todo trabajador, para poder vivir, tanto ellos como sus familias. Y lo que ganan, lo ganan justamente trabajando. Deben poder trabajar con tranquilidad y sin temores. Que nadie crea que a sus sueldos se los regala nadie, porque es una concepción injusta y equivocada. Que nadie crea que no merecen el respetuoso trato que todo trabajador merece.

Es verdad, es una tarea especial, por varios motivos. No dependen de un empleador privado, sino de uno público, que por serlo debe atender que todos los servicios se cumplan de la mejor manera, cuidando las finanzas –justamente públicas- , y logrando el mayor grado de eficacia y eficiencia en las tareas a desarrollar por quienes forman parte de su plantel de empleados, con un razonable y prudente control de la labor.

Es en el equilibrio de ambas realidades donde se han de encontrar los acuerdos. Por el bien de todos, ojalá se encuentren prontamente y se mantengan en el tiempo.

 

 

Por GUILERMO MONCLÚS