COMO UNA MANTA AL CROCHET

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Estos últimos días, ahora que los veo desde la perspectiva de una semana que culmina, parecen una de esas colchas tejidas por las abuelas con mil y un  colores diversos.

Semana de  alegrías, emociones, lágrimas, preocupación, ansiedad, angustia, esperanza, redención, tristeza, felicidad. Cada sentimiento tiene un color distinto y pareciera que no es posible que forme parte de un todo armónico.  Y sin embargo ves la obra terminada y decís … ¡ bello !

Cumplevidas de pocos, suficientes o muchos años. Nacimientos, ya casi. Partidas, alguna inevitable. Alguno que se va y otro que regresa. Una pareja que se arma, otra se despedaza. Alguien que cree y alguien más que elige el escepticismo. Amor y desamor. Empatía e indiferencia. Compromiso, egoísmo, simpatía, rudeza, dulzura.

Hay que mirar la vida con indulgencia, me digo, me exijo, quiero aprender a hacerlo. Vista como un todo es pura armonía, pido disculpas por el optimismo, pero lo prefiero, a pesar de esto, aquello y lo otro. Vida bonita y buena, a pesar de sí misma muchas veces.

La vida es como esa manta tejida al crochet, retazos inconciliables que aunados con arte, amor y sabiduría se extienden en una paleta única, original. Maravillosa.

 

Por MARÍA ROSA INFANTE