EL PACTO

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Cuando se realiza una elección y en ese mismo año se renuevan autoridades del Concejo Municipal, existe una regla no escrita: la fuerza política que logró obtener más votos ve reflejado ese resultado, a modo de reconocimiento, cuando esas autoridades se eligen.

Teniendo en cuenta que en las elecciones de 22 de octubre quien más votos logró obtener fue el Justicialismo -siendo segundo Cambiemos y tercero el Frente Progresista Cívico y Social- se daba de suyo que sería la fuerza vencedora quien tuviera dentro del Concejo una representación clara a la hora de la elección de autoridades.

De todos modos, aquello que no está escrito se lo lleva el viento, según la vieja sentencia popular, y más aún en estos tiempos de especial efervescencia política. Así fue que, finalmente, el peronismo se quedó con las manos vacías.

Las autoridades del Concejo se eligen en la llamada sesión preparatoria, de la que participan los concejales que habrán de formar parte de la nueva composición del cuerpo. Esta sesión tiene carácter de reservado, a diferencia de las sesiones normales que son públicas, y es presidida por el Concejal de más edad.

De tal modo, el pasado viernes 1 de diciembre se reunieron en esa sesión preparatoria los tres concejales a los que aún les quedan dos años de mandato (Pedro Sanitá, Antonia Pierucci, Hugo Racca y Pablo Zanetti), los dos concejales reelectos (Mauricio Plancich y Andrés Golosetti) y el nuevo edil, Alberto Yualé.

Los días previos fueron escenario de versiones coincidentes en el sentido de un consenso: la Presidencia del Concejo quedaría en manos de Zanetti, y la Secretaría en manos de Germán Zarantonello. Recordemos que cuando de Secretaría se habla, se refiere a la llamada secretaría política del Concejo Municipal, que tiene desde ese ámbito un no despreciable peso específico.

El nombre de Zarantonello no resultaba disparatado, pese a cierta sorpresa inicial. Lo propiciaba el justicialismo con el padrinazgo del Senador Eduardo Rosconi, habida cuenta que Germán fue segundo en la lista del partido que encabezaba Golosetti. No habiendo logrado entrar como Concejal, y por esas cuestiones de lealtad y gratitud por los servicios prestados tan encarnizados en el peronismo, pasó a tener lógica.

En la víspera de la preparatoria, quien ocupó durante este último período la presidencia del Concejo, Mauricio Plancich, reforzaba en declaraciones radiales las versiones, aunque sin dar nombres: “Está consensuado que la Presidencia será para el Frente Cívico y Social, y la Secretaría para el Justicialismo”.

Todo el ambiente político y periodístico abrevaron la versión como la más probable. Salvo nuestra colega Stella Maris Agüero, que con gran olfato y excelente información, unos varios días antes de la preparatoria anunciaba desde su página de Facebook que “dos fuerzas políticas habrían acordado para hacer desaparecer a otra del Concejo”. Nadie lo tomó muy en serio. Hasta que finalmente los hechos le dieron la razón.

Llegado el momento de la sesión preparatoria, poco después del mediodía del viernes comenzó a circular lo decidido: tal como se preveía, la Presidencia quedó en poder del FPCyS, con la designación de Pablo Zanetti. Pero la Secretaría… no era para Zarantonello, sino para Adrián Ferrer, un nombre nunca antes escuchado y que obligó a los hombres de prensa a comenzar a buscar datos que les dieran al menos un primer indicio de quién se trataba.

Una vez pasada la sorpresa inicial, comenzó a develarse el conteo de los votos en la sesión secreta.

El bloque justicialista (Golosetti, Sanitá y Pierucci) nominó como Presidente a Golosetti, ganador de las elecciones de octubre. Su nombre fue rechazado por el bloque del Frente Progresista Cívico y Social (Zanetti, Plancich y Racca) y por el nobel Yualé (Cambiemos). Fue justamente desde el bloque oficialista que se propuso a Zanetti, y sus tres concejales… más Yualé… le dieron el respaldo necesario.

Siendo así, y también de acuerdo a normas no escritas, a modo de reciprocidad, la Secretaría corría camino a quedarse en manos del Justicialismo. Pero cuando Golosetti propone a Zarantonello, quien contó con el respaldo de los concejales peronistas, el bloque del Frente… más Yualé… lo rechazan. Es entonces que Yualé propone a Ferrer. Con su voto…más los tres del Frente… logran imponerlo como Secretario.

Como dato adicional, cabe agregar que Antonia Pierucci fue designada por unanimidad Vicepresidente 1°, y Yualé, del mismo modo, Vicepresidente 2°.

La sesión preparatoria terminó. Los justicialistas se fueron rumiando bronca, y el bloque oficialista más su inesperado (¿inesperado?) aliado de Cambiemos saludando haber impuesto a sus hombres y dejado al peronismo con la perplejidad de la -casi- nada.

Desde ese mismo momento, no había que ser sabio ni adivino como para avisorar que habría mucha tela para cortar. Venía la hora de las palabras de los protagonistas.

Pablo Zanetti, Presidente del Concejo para el período 2017-2018, manifestó que las autoridades se eligen en la sesión preparatoria, y toda elucubración previa es vana. Agradeció el respaldo de los pares que lo votaron, y con respecto a la Secretaría dijo haber hablado siempre de frente, por lo que no correspondía enojo por parte del justicialismo.

Andrés Golosetti, por su parte, se mostró desencantado con el resultado de la preparatoria, y habló del no respeto a los códigos de la democracia. Dijo que fue justamente la democracia quien perdió ese día, y no el justicialismo como algunos podían suponer. Recordó el resultado de las elecciones, diciendo esa es la elección de la gente, que le marcó al Gobierno Municipal que la gestión no es buena.

Alberto “Viru” Yualé dijo desconocer pacto alguno. Que hubo dos propuestas, se votó, y ganó la propuesta que él había mocionado. “Así de sencillo”, remarcó.

Tocado, Germán Zarantonello apuntó contra Sarasola. Dijo que fue el intendente quien ordenó que no se lo vote en el Concejo, que temieron que se convirtiera en un concejal más, que esperaba otra postura por parte de los radicales, agradeció la lealtad de sus compañeros del Concejo que lo votaron y de Rosconi que prefirió mantener su nombre como aspirante a Secretario, y que seguirá trabajando para que el peronismo recupere el gobierno de la Ciudad en 2019.

Por su parte, el designado Secretario del Concejo Municipal, Adrián Ferrer, debutó en los medios presentándose y contando cómo llegó al cargo. Contador público, trabaja en Rosario en una mutual, pero reside en Casilda. Amigo personal de Yualé, dijo que cuando le ofrecieron la posibilidad del puesto le pareció interesante, que no viene de la política ni tiene afiliación ni militancia alguna, y que cree que hay muchas cosas que cambiar y que intentará hacerlo desde su nueva función, que será técnica y de apoyo a los concejales.

Para completar el abanico de voces, este martes la Fuerza Popular Casildense, de buena elección en octubre, emitió un comunicado, en el que en una de sus partes expresa que “vemos con preocupación el acercamiento del intendente Sarasola a Cambiemos en tiempos donde el gobierno de Macri avanza con las reformas, laboral, previsional y el pacto fiscal, cuestiones que van a agudizar los sufrimientos de la clase trabajadora, los jubilados y las provincias. De la mano de un acuerdo con el radicalismo como cabeza del Frente Progresista, el PRO local se quedó con el cargo de Secretario del Concejo Municipal”.

Sin lugar a dudas, el episodio tiene una connotación presente y también exponencial. Que una fuerza que llega por primera vez al Concejo haya podido imponer al Secretario y se haya quedado además con la Vicepresidencia 2° del cuerpo, no es un detalle menor. Tampoco lo es el consenso entre Yualé y los tres concejales del Frente, lo que abre el interrogante de qué papel jugará el nuevo concejal a la hora de las definiciones. Y que el justicialismo se haya quedado sin Presidencia ni Secretaría luego del resultado electoral, tampoco es un elemento secundario.

Todo indica, efectivamente, que existió un pacto entre radicales y Cambiemos. Lo que no es ilegítimo. Como se dijo alguna vez, la política es el arte de lo imposible. De ahí a que se hayan respetado aquellas reglas no escritas y que hacen a los códigos, se trata de otra cuestión. Uno quisiera creer que algunas cosas se respeten todavía, aunque algunos hechos de la práctica demuestren, y cada vez más, lo contrario.

No es menor una anécdota: cuando el autor de este artículo estaba haciendo su programa radial, en algún momento deslizó dentro de un comentario referido a este mismo tema “al justicialismo lo durmieron”. No tardó en llegar un mensaje de un importante político radical: “Ellos se auto durmieron… Sabían que a Germán no lo íbamos a votar… No quisieron cambiar el nombre, allá ellos… Si hasta respiraron aliviados… Pero que no nos corran el costo a nosotros…”

Mantener el nombre, tiene que ver con lo dicho más arriba, con respecto a lealtades y reconocimientos. El peronismo no quedó para nada satisfecho con lo ocurrido. La bronca, aunque la disimulen sin éxito, la sienten. Se sintieron y se sienten tocados, como el pibe a quien le mojaban la oreja en el barrio. Disimulan, lo más que pueden. Y casi también disimulando, se prometen entre sí que el 2019 será el momento de todas las revanchas.

 

Por GUILERMO MONCLÚS