A menudo me convence
la carcajada de un niño;
ser nota en una canción
que se eleve al infinito…
robarle un beso a la tarde,
desandar algún camino
y perderme en la nostalgia
del patio que me dio asilo.
A menudo me complace
reir sin ningun motivo,
ser verde en un arcoiris,
escuchar mis viejos discos.
Traer hasta mi las manos
de los que se hallan perdidos
y encontrarnos en la hoja
opaca, de un verso tibio.
A menudo me conmueve
el amor en diferido,
que falten ganas y sobren
los verbos de lo exigido.
Que no se comprenda el tiempo,
que estemos adormecidos,
que sigamos la tangente
que nos conduce al olvido…
A menudo me recuerdo
que todos estamos vivos.
Por SANDRA BLÚA.