Sarasola comenzó manifestando su descontento, ya que “sucedió lo que todos sabíamos que podía suceder”, refiriéndose a dos hechos de robo perpetrados la semana anterior, uno en una casa quinta y otro en un kiosco céntrico, cuyo autor es el mismo delincuente que fue puesto en libertad por el juez Tutau durante la feria judicial en el mes de enero.
En esta ocasión, según la información brindada por la Fiscalía local, se llevó a cabo una nueva audiencia imputativa, y los jueces actuantes concedieron la prisión preventiva al sujeto reincidente.
“Todo esto se podría haber evitado si el juez hubiese estado con la ley en la mano pero con los pies sobre la tierra, en la realidad”, expresó Sarasola.
A su vez, manifestó que desde el gobierno local se entiende “que la problemática de la seguridad pública es una situación compleja, que se debe abordar desde diferentes aristas, que no hay una solución mágica que vaya a combatir el problema”, e insistió en apelar a que “cada uno de los actores, en el momento que le toca, pueda tomar las decisiones con la ley en la mano pero con los pies en la realidad”.
Sarasola se refirió también a la “bronca e impotencia” que sintió al enterarse de los hechos que se sucedieron en los últimos días, teniendo como protagonista al mismo delincuente.
Por otra parte, el intendente volvió a hacer la salvedad sobre el trabajo del Ministerio Público de la Acusación, de la Fiscalía de la ciudad, y de la Policía de Investigaciones, expresando que “un altísimo porcentaje de los hechos que se cometen en la ciudad son esclarecidos y sus autores son sometidos a juicio y reciben la pena que les corresponde”.
Sin embargo, Sarasola volvió a cuestionar “la interpretación legal que hace un juez para tomar decisiones que van a impactar directamente en la realidad”, refiriéndose a la determinación del magistrado en turno que durante la feria judicial de enero negó la prisión preventiva al sujeto que ahora reincidió en el delito.
No obstante, expresó el intendente de Casilda, “esto no implica hacer una persecución ni una caza de brujas sobre una persona o sobre un magistrado, la cuestión es tomar conciencia de la situación que vivimos y que cada uno de los actores judiciales tomen las decisiones que tengan que tomar, mirando la ley, obviamente, pero también mirando la realidad de cada lugar y de cada localidad”.
