LA NOCHE EN QUE SARASOLA SE RECIBIÓ DE INTENDENTE

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Después de días especialmente intensos, donde el tema de la inseguridad se hizo prioritario en todas las agendas, tanto de los ciudadanos como de las esferas políticas, policiales y judiciales, como también así de los medios de comunicación, todo derivó en una caótica doble jornada de miércoles por la noche, cuando por un lado se llevó a cabo una reunión a puertas cerradas convocada por el Centro Económico del Departamento Caseros, y por otro una marcha con concentración en Plaza de los Mástiles, convocada por vecinos y comerciantes.

La decisión de las autoridades de conversar con los vecinos reunidos en la Plaza en forma previa a la reunión cerrada, derivó en una verdadera asamblea popular, delante de la cual el ahora ex Jefe de la Unidad Regional IV de Policía presentó su renuncia.

Algo aislado, el Intendente de la Ciudad puso el pecho frente a unos 500 vecinos presentes, todos ellos -con mayores o menores variantes- enojados y exigiendo se accione para proveerles de mayor seguridad, y que con lógica se dirigieron a él por ser quien tienen como la figura política más cercana. Y salió airoso. Enumeró lo que desde su gestión puede hacer, lo que no depende de él –tal como redactar leyes o impartir justicia-, y con la renuncia de Blazer consumada convocó a una nueva asamblea pública para la semana próxima. Esa noche, Sarasola se recibió de Intendente.

Las causas de la inseguridad imperante son varias, y no pueden encasillarse un solo factor. Al igual que los responsables de ella, entendiéndose como responsabilidad lo que a cada uno le compete.

Así, es la fuerza policial, en su tarea de prevenir e investigar. Es la Justicia, resolviendo como en derecho corresponda, siendo consecuente de sus decisiones, tomadas a través de los jueces y fiscales. Son los legisladores, quienes deben procurar herramientas a la Justicia a través de leyes. Y es el Municipio, a la hora de gestionar ante el Gobierno Provincial todo lo conducente a una seguridad mayor para la población, y también a la hora de la cotidianeidad, por ejemplo mejor iluminando calles y sectores.

Es claro, la responsabilidad mayor a la hora de las respuestas reside en el Gobierno de la Provincia.

¿Servirá de algo la renuncia de Claudio Blazer? Se entiende que por sí sola, no. De todos modos, sirve para descomprimir una álgida situación. Su permanencia en el cargo se convirtió en insostenible, y él mismo lo entendió de ese modo.

Es de esperar que en la próxima asamblea prometida por el Intendente, se hagan presentes otros representantes políticos de la Ciudad y la región. Los concejales, el senador, la diputada provincial, y, aunque poco factible, representantes del Poder Judicial. Esta vez no estuvieron, aunque puede dispensarse -haciendo un esfuerzo- esa ausencia teniendo en cuenta la convocatoria en Centro Económico. Más allá que estaban a cinco minutos de la Plaza… De todos modos, para la próxima, no habrá excusas y allí deberán estar, también ellos frente a la gente.

Finalmente, es de esperar la cuestión política partidaria no embarre la cancha. Ni para cargar las tintas sobre la administración municipal, ni para dispensarla de todo. El problema es demasiado grave y a todos nos preocupa. Y es entre todos que debemos intentar resolverlo.