PONER EL CUERPO

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Desde hace tiempo, desde el Sindicato de Empleados Municipales y desde la misma Dirección de Tránsito del Municipio, se hacen saber y se repudian distintas agresiones, verbales pero también físicas o al menos intentos de estas últimas, a los inspectores que llevan a cabo tareas relacionadas con el control del tránsito en la Ciudad.

Incluso, algunos inspectores han sufrido amenazas y malos ratos luego de realizada su tarea, por parte de algunas personas que fueron sancionadas en operativos de tránsito. Y en el mismo Tribunal de Faltas Municipal, donde los infractores han de dirigirse a pagar sus multas o a realizar trámites relacionados con actas labradas, el personal del mismo ha referido situaciones violentas protagonizadas por dichos ciudadanos.

Va de suyo, que los inspectores municipales cumplen un trabajo, reciben órdenes, y además, por su función, no pueden ni deben reaccionar ante las agresiones. Todo demasiado injusto cuando reciben esas conductas agresivas hacia ellos.

Resulta llamativo, además, que mientras se reclaman controles y se hagan cumplir las normativas vigentes, haya elementos en la sociedad que sean capaces de esgrimir semejantes acciones contra quienes realizan la tarea requerida.

En el atardecer de este sábado 12, en ocasión de llevarse a cabo un control de tránsito de rutina, un inspector municipal fue golpeado, sufriendo la fractura de su tabique nasal.

El lamentable episodio ocurrió en Barrio Granaderos a Caballo, en la zona de la esquina de calles Belgrano y Mendoza. Según versiones, dos hombres circulaban en una motocicleta, y fueron detenidos por el inspector, ya que ninguno de ambos llevaba puesto casco, según lo reglamentado.

La motocicleta detuvo su andar, el inspector se acercó a sus ocupantes, y al llegar al vehículo recibió un golpe de puño, que lo tira al suelo, mientras los motocicletas se dan a la fuga.

Llegado que fue al lugar el personal del SIES (Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria), se encuentran con el inspector tendido en el piso y cubierto su rostro en sangre. Inmediatamente se lo traslada para ser atendido, y de las placas radiográficas que se le practicaron surgiría que la víctima sufrió la fractura de su tabique nasal.

Hecha la denuncia policial de rigor, se trataba de identificar y localizar a los agresores.

El Secretario General del Sindicato de Empleados Municipales de Casilda, Walter Britos, oficializaba los hechos a través de la red social Facebook, con este comunicado:

“Un compañero inspector de tránsito fue agredido violentamente a la tarde noche de hoy, le rompieron la nariz de una tremenda trompada, un trabajador municipal, un padre de familia que sale a laburar para sostén de la misma. A ver sociedad si de una vez por todas entendemos que los inspectores no hacen las leyes de tránsito, ellos están para que usted cumpla con ellas, y saben que? Si te exigen el casco, si te hacen control de alcoholemia, si te llaman la atención en la vía pública por tu mal comportamiento para conducir, es para cuidarte!! Encima que te cuidan te enojas y agredís”.

Un hecho totalmente repudiable, por lo violento, lo cobarde y lo inaceptable.

 

(Fotografía de tapa: imagen ilustrativa)