Adara se convirtió en la nena de todos. La pequeña, de apenas cinco años, vecina de la localidad de Sanford, esperó con lógica angustia de toda su familia un trasplante de hígado. La historia se viralizó en las redes sociales, y en medio de una campaña que traspasó nuestra región, fue su tía Cintia quien se ofreció como donante, y todo tuvo un final feliz: este jueves recibió el alta médico y regresó a su pueblo.
Dentro de la espera mencionada, y de algunos contratiempos y atrasos en las fechas programadas, Adara fue trasplantada a mediados de mayo en el Sanatorio de Niños de la Ciudad de Rosario. Allí quedó internada, en observación, pasando por salas de terapia intensiva, intermedia y comunes, donde los profesionales monitorearon su estado de salud.
Hasta que hace apenas unas horas, la vigilia de largos días y noches de espera, terminó. Adara fue recibida con un enorme pasacalles de bienvenida, y la lógica alegría y emoción de sus padres, familiares y vecinos de todo Sanford, y pronto podrá retomar una vida normal.
Toda una historia de fe, esperanza y solidaridad.
¡Buena vida, Adara…! Que hay mucho por vivir, bonita…