Se trata de Ayelén Rodriguez y Demis Luques, héroes cotidianos que trasladaron al Hospital al pequeño, realizándole tares de reanimación en el trayecto.
Alrededor de las 20.00 horas de este lunes, un llamado al 911 traía el desesperado pedido de auxilio de una mamá de nuestra Ciudad: su pequeño hijito de do años, tras haberse caído a la pileta de su domicilio, sito en calle Roca al 1700, se hallaba inconsciente.
Los efectivos policiales locales llegaron al lugar, y se encontraron con un cuadro extremo: un vecino trataba de reanimar al pequeño, quien se encontraba en un estado de ahogo por el agua ingerida, mientras la angustiada mamá daba detalles de lo ocurrido.
La primera intención de los policías, Ayelén Rodriguez y Demis Luques, fue llamar al servicio de emergencias SIES. Pero al instante, percibiendo no había tiempo que perder, llevaron al niño en el móvil hacia el Hospital “San Carlos”, mientras le realizaban en el trayecto tareas de reanimación.
Atendido ya en la Guardia del nosocomio, pesronal médico de pediatría realizaron tareas de reanimación y lograron que el pequeño recuperara los signos vitales que momentáneamente había perdido.
En diálogo con el Programa “Mañanas del Sur”, de FM 107.3, el Jefe del Cuerpo Comando de la Unidad Regional IV de Policía, Claudio Sormani, detallaba lo sucedido:
“Al recibir el llamado del 911, los dos efectivos llegaron al lugar, en dónde se encontraron con una situación desesperante. Un niño de dos años había sufrido un accidente doméstico, cayéndose a una pileta de natación del domicilio, y encontrándose sin signos vitales”, expresa.
“En ese momento, el protocolo indica llamar al servicio de emergencias médicas, lo que los policías hacen, pero teniendo en cuenta la urgencia extrema, decidieron llevarlo en el móvil policial al Hospital, donde afortunadamente llegaron a tiempo para que el pequeño fuese asistido, y así poder salvar su vida”, relata Sormani.
“Los policías que intervinieron fueron Demis Luques y Ayelén Rodriguez, el primero de Casilda y la segunda de la Localidad de Sanford. Estamos preparados para afrontar estos hechos, incluso recibimos capacitaciones médicas, de RCP y otras. Hay que saber actuar con la mente fría y el corazón caliente… La historia tuvo un final feliz, y nos satisface profundamente, por el niño y por la tarea de nuestro personal”, concluye.