Luego de otro episodio de inseguridad vivido por un trabajador de taxis el fin de semana, la titular de la Agencia de Remisses dialogó con FM 90.5 – RADIO DEL SUR.
Este domingo, un trabajador de taxis sufrió un episodio de inseguridad, que se suma a otros que se han ido dando en el último tiempo.
Tal como dimos a conocer en nota aparte, el episodio ocurrió cuando un pasajero le indicó al taxista a dónde dirigirse. Al llegar al lugar, le dijo se bajaría unos minutos para hablar con alguien y proseguiría el viaje. Cuando regresó, teniendo su antebrazo y mano cubiertos por una campera -ocultando o simulando un arma- le robó toda la recaudación y su teléfono celular.
Han sido varios los episodios de esta naturaleza que tuvieron a taxistas como víctimas. Robos, roturas de vidrios, amenazas, etc.
María Alejandra «Betina» Miori, de la Agencia Remisses «Ovidio Lagos», dialogó con el Programa «Mañanas del Sur» de FM 90.5.
«Los hechos de inseguridad que se viven en Casilda, de distinto tipo, nos han alcanzado desde hace tiempo. Muchos taxistas ya no quieren salir de noche, porque se siente sumamente inseguros», dice.
Detalla que «el año anterior, luego de reiterados episodios, reclamamos, nos movilizamos, y tuvimos reuniones con el Intendente y el Jefe de Policía. Lo que surgió fue la posibilidad de colocar botones antipánico en los autos, que funcionan en otras ciudades, y permite al accionarse que las cámaras den con el vehículo y al mismo tiempo se de aviso a la policía».
«Pero eso no pudo implementarse… La Municipalidad se encargaba de la instalación del sistema, pero el mantenimiento, que es de una importante suma mensual, debía ser a cargo nuestro. Y la rentabilidad hoy por hoy no es mucha, los gastos de tener un vehículo en la calle, los viajes que han disminuído, hacen que no pueda concretarse. Un taxista trabaja para poder vivir, y no alcanza», explica.
Dice que «además hay otro elemento, hay taxistas que no quieren se instale ese dispositivo, porque lo consideran una invasión a sus movimientos».
Comenta otro tipo de hechos que se están dando: pasajeros que son llevados a determinado lugar, y al llegar, bajan corriendo sin pagar el viaje. «Es una forma de robar, porque se hacen llevar, el viaje se hace, y no pagan el recorrido. Y ocurre no sólo dentro de Casilda, hay quienes se hacen llevar a localidades vecinas, y bajan corriendo sin pagar. El taxista nada puede hacer, y esto se agrava cuando se trata de choferes, que deben rendir los viajes al dueño del auto, y depende de que se les crea», cuenta Betina.
«Esperemos que se pueda remediar, para nosotros y para toda la Ciudad, Casilda ya ha dejado de ser un lugar seguro», expresa.
Esta es la nota completa:
