SÉNECA
Decía sabiamente Séneca que hay un tiempo para entender, otro para elegir y otro para decidir. Hay un tiempo que hemos vivido, otro que hemos perdido y un tiempo que nos espera.
Nunca una frase me vino más como anillo al dedo que ésta. Se la agradezco al filósofo romano, con tanta vehemencia que hasta me pongo a buscar sobre su vida y obra, más allá del nombre remotamente conocido.
Lucius Annaeus, leo una y otra vez cada palabra y voy pensando, equilibrando y ordenando mis tiempos. Será que vengo sintiendo de un modo profundo esta tregua efímera que es la vida, un espacio de luz entre dos oscuridades.
Somos pasajeros. En cada acepción: duramos … poco, más o menos; viajamos desde el grito primero hasta el silencio final.
Entiendo. Elijo. Decido. En diferentes momentos y en el mismo.
He vivido. He perdido horas preciosas, como solemos hacer los humanos, mal de muchos consuelo para tonta.
Pero hasta en la sentencia fatalista, hay maravilla: es el tiempo que me espera. Que me queda por vivir.
Qué bella esta tarde noche de febrero para abrazar con dulzura e indulgencia mi propia vida.
Gracias, Lucio…
Por MARÍA ROSA INFANTE