Era el 19 de junio de 2020. Apenas unos tres meses y pocos días atrás. Ocurre que ocurrieron tantas situaciones y tantas sensaciones que tenemos la sensación de que hace mucho más tiempo.
Ese día, la Ciudad y la gente se conmocionaban: se había registrado un tercer caso de coronavirus, luego de dos meses sin la aparición de ninguno. Se trataba de una trabajadora de la Clínica «Julián Moreno», que fue aislada y transitó sin síntomas la enfermedad, y la que, pasado el tiempo, volvió a contraerla.
Los dos casos anteriores, que parecen aún más lejanos en la memoria aunque poco más en la cronología del tiempo, habían sido la de un hombre, pastor de una Iglesia, que lamentablemente falleciera después cuando había superado el Covid, y el de una mujer mayor, que luego de su internación, fue dada de alta satisfactoriamente recuperada.
Pero aquel 19 de junio, la confirmación del tercer caso sumió en preocupación a la población. Concomitantemente, con la alta angustia que nos producia a todos cuando leíamos en los partes del Comité Epidemiológico la presencia de algún «caso sospechoso», denominados ahora «casos en estudio».
Luego de estos algo más de 90 días, nos situamos en el parte de este miércoles se informa que Casilda ha superado el millar de casos: Para ser exactos, 1.008.
Asimismo, que los casos en estudio, demora de los laboratorios en entregar los resultados de hisopados mediante, llegan a 348.
A este 24 de septiembre, los datos oficiales complementan que en nuestra Ciudad se han recuperado 676 pacientes. De ellos, muchos pasaron el proceso de la enfermedad con efectos benévolos, y muchos otros la han transitado con severidad, con momentos agudos y críticos, y con efectos físicos y psicológicos. Incluso, muchos pacientes recuperados tienen por delante una larga recuperación, y hay quienes han quedado con secuelas cardiológicas o pulmonares.
Los datos globales indican que además, lamentablemente, han fallecido 29 personas.
Volviendo la mirada a aquel día del tercer caso, en ese momento, hubiesen parecido imposibles y dantescas las cifras de la actualidad. Considerando que los números no son números, detrás de cada uno de ellos -sean contagiados, recuperados o fallecidos- hay una persona, hay familias, hay grupos de amigos, y está la Comunidad toda.
Las proyecciones, sin embargo, adelantaban que lo que vino, indefectiblemente habría de suceder. Aunque en aquél aparentemente lejano 19 de junio, nuestra Ciudad se desarrollaba con tranquilidad, siendo los picos de contagios algo que sólo sucedía en la Capital Federal o la Provincia de Buenos Aires.
Así lo desarrollaba en declaraciones el Subsecretario de Salud de la Municipalidad de Casilda, Dr. Ariel Aquili: «Lo veníamos anunciando, con deseos de equivocarnos. Pero era previsible, y siempre se trabajó, desde un primer momento, sabiendo que el pico de contagios llegaría a Casilda. Cuando pase el tiempo, se evidenciará claramente toda la labor. Ocurre que en ese momento mucha gente descreyó, sostuvo que se trataba de una gran mentira, un invento político, una exageración. Nos encontramos aún hoy con pacientes que manifiestan no haber creído en la existencia y la peligrosidad de este virus, y que recién se convencen cuando deben pasar el trance. Y debemos saber que todavía queda mucho por transitar, y que los casos seguirán aumentando».
De 3 casos, a más de 1.000. En apenas tres meses. Contundentes pruebas que han de contribuir a tomar conciencia, para aquellos que aún no lo hicieron, de la veracidad de esta pandemia que vino a azotar al mundo entero, y de la cual nuestra Ciudad no es ajena.
