DONDE DUERMEN LOS NIÑOS

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El proyecto “Donde duermen los niños” es un trabajo realizado por el fotógrafo  James Mollison que busca resaltar los derechos de los niños y las niñas mediante el contraste de las diferentes situaciones de vida alrededor del mundo. La diferencia es bastante obvia, pues hay desde niños cuyos padres gastan mucho dinero al mes en su vestimenta, hasta niños quienes apenas tienen un techo que los cubra.

Estas imágenes fueron diseñadas para que los  adultos conozcan la diversidad y desigualdad del mundo, no  simplemente como una herramienta de empatía, sino que se trata de una reflexión a fondo acerca de la pobreza, el privilegio y los derechos humanos.

En esta muestra que recorre países, con imágenes impactantes donde se aprecian los contrastes de las diferentes “vidas infantiles”, tomadas a pequeños de 3 a 9 años, acompañadas de breves comentarios como:  “Un niño  viviendo en un vertedero y su cama está hecha de neumáticos viejos”, “una niña de 5 años que realiza trabajos domésticos duerme en el suelo sobre una colchoneta”; “mendiga y roba en las calles de la ciudad durmiendo en bancos vacíos, si es que encuentra alguno, de lo contrario duerme en el pavimento”….

Y al final  de la muestra una palabra capta la atención “jugar”.  La misma fue la única coincidencia y conexión entre ellos al  ser interrogados: ¿qué es lo que más te gustaba hacer?

Ellos no se conocen, tienen modos de vidas, culturas, familias, creencias totalmente diferentes pero el juego los igualo,  constituyendo una parte fundamental de sus vidas desiguales.

Esos niños de los confines y sus retratos ilustran la necesidad fundamental de  educación, donde a temprana edad tener el derecho a ser  incluirlos en instituciones educativas para  su desarrollo integral basado en aprendizajes fundantes que serán pilares a lo largo de su existencia: enseñar a aprender, enseñar a ser, enseñar a sentir, enseñar a hacer y enseñar a pensar.  Son las habilidades necesarias para salir al mundo real en la sociedad actual y enfrentarse con éxito a la vida adulta.

Esto demanda trabajar en proyectos motivadores, junto a otros,  que brinden posibilidades para escapar de esas situaciones injustas y logren desaparecer las diferencias con acciones comunitarias y solidarias.

Enseñarles a pensar a nuestros niños y niñas implica hacerlos libres y alejarlos de manipulaciones e interpretaciones sesgadas para que donde duerman se convierta en el lugar de los sueños posibles

 

 

Por SILVIA TASSI.