EL ACENTO HACE LA DIFERENCIA

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El acento es la mayor intensidad con que se pronuncia una sílaba. Existen dos tipos de acento en español: el ortográfico (o escrito o tilde) y el prosódico (se pronuncia pero no se escribe). En nuestra lengua todas las palabras se acentúan.

No siempre las palabras del español se acentuaron igual: parásito, por ejemplo, fue escrito y pronunciado primero por la Academia (1737) como parasíto, conforme a la acentuación latina; sin embargo, en 1817 la cambió por la acentuación actual, copiada del griego. En algunos casos, el acento de una palabra es producto de un error: el premio es Nobel, no Nóbel. Quizás con el correr del tiempo, terminen imponiéndose, como en los siguientes casos: por significado etimológico al flaco o débil, se lo denominaba  imbecíl, pero en 1822, la Academia admitió el significado actual alelado, escaso de razón, procedente del francés imbécille y cambió la acentuación de la palabra sin razón alguna: imbécilvaguido (antepasado de vahído), hasta el siglo XVIII  váguido con acento esdrújulo era muy común y así fue tomado por el Diccionario de Autoridades en 1739 porque este siglo fue la época en la que en España se vacilaba entre caído cáido, vizcaíno vizcaíno, leído léido, por lo que se tomó erróneamente la acentuación váido por una de estas pronunciaciones vulgares; la gente educada pronunciaba vaído por ultracorrección, y la Academia consagró esta alteración fonética en la edición de 1780 -la se introdujo en 1803-. Váguido se conserva actualmente en algunos países de Latinoamérica; vértigo es un cultismo del siglo XVIII que la Academia recogió en 1739 sin acento (vertigo), conforme a su pronunciación etimológica. Sin embargo, en la segunda mitad de ese siglo se convirtió esta palabra en esdrújula sin motivo alguno; error  consagrado por la Academia en 1817.

Hay palabras que pueden escribirse con o sin tilde y que no cambian de significado: bebebebé; cenit cénit;  chofer chófer; cóctelcoctel; daiquiri daiquirí; elite élite; elixir elíxir; futbol (México y Centroamérica) y fútbol; icono (uso mayoritario en España) e ícono; karatekárate (más habitual en España); maniaco maníaco; medula médula; misil mísil; naif naíf; olimpiada olimpíada; periodo período; policiaco policíaco; pudin (más usada en España) y pudín (preferida en América); rail raíl; video (en América) y vídeo (usada en España); zodiaco zodíaco.

Pero existen muchas otras palabras que si cambian de acentuación, cambian de significado: cadí (juez musulmán) y cadi (palmera de Ecuador y adaptación gráfica propuesta por la Academia para la voz inglesa caddie -persona que lleva los palos a un jugador de golf-; carne (parte muscular del cuerpo de los animales) y carné (documento de acreditación de una persona); claque (grupo de personas a las que se paga para aplaudir en un espectáculo) y claqué (baile moderno); garrulo (persona rústica, zafia) y gárrulo (dicho de un ave: que canta, gorjea o chirría mucho y dicho de una persona: muy habladora o charlatana);parque (terreno cercado con plantas) y parqué (entarimado de maderas ensambladas); peuco (ave de rapiña, en Chile) y peúco (calcetín o bota de lana para los niños de corta edad); porque (conjunción subordinante) y porqué (sustantivo que significa causa o motivo); revolver (batir) y revólver (arma de fuego); sabana (llanura) y sábana (pieza de tejido para cubrir la cama).

Muchas veces, especialmente en monosílabos, la tilde se pone para diferenciar una palabra de su homónima. Se llama tilde diacrítica: El (artículo) y él (pronombre personal); mas (conjunción adversativa) y más (adverbio); mi (pronombre posesivo y nota musical) y  (pronombre personal); que (conjunción o pronombre relativo) y qué (pronombre enfático); quien (pronombre relativo) y quién (pronombre enfático); si (conjunción condicional y nota musical) y  (pronombre personal y adverbio de afirmación); te (pronombre personal) y  (infusión); tu (pronombre posesivo) y  (pronombre personal). Vale aclarar que el  pronombre personal ti, al no tener homónima de la que tener que distinguirse, carece de tilde diacrítica, aunque hay mucha gente que se la coloca por error.

Existen casos especiales, como cartel cártel, con y sin acento que parecen significar distintas cosas; aunque lo cierto es que –en nuestra lengua– no existe la posibilidad de escribirlo de otra forma que no sea la primera para cualquiera de sus usos. La confusión se da porque, para el significado organización ilícita que trafica con drogas o con armas, en español son válidas ambas formas (la acentuación etimológica –del alemán kartell– cartel, mayoritaria en el conjunto del ámbito hispánico, y la acentuación llana cártel); pero existe otro cartel (de origen provenzal) que significa lámina de papel que se exhibe con fines publicitarios o informativos.

Y si todavía hay gente que piensa que la escritura correcta de un idioma no es importante, ¿qué se haría con estos casos?

 

Por MARCELA RUIZ