El estado vota el 14 de septiembre para decidir si reemplaza en el cargo a Gavin Newsom, cuya credibilidad se vio gravemente afectada tras participar en una reunión con su esposa y amigos en momentos en que instaba a los ciudadanos a quedarse en casa.
California podría experimentar un giro inesperado en un país muy polarizado políticamente si el estado progresista destituye al gobernador demócrata Gavin Newsom y elige a un republicano para ocupar su puesto en una referendo revocatorio en septiembre.
La elección, que tendrá lugar el 14 de septiembre, se desarrolla a medida que el estado ve un aumento en los casos de coronavirus debido a la variante delta, el regreso del uso de los barbijos y otras restricciones en muchos lugares. California también está lidiando con incendios forestales devastadores en el norte del estado y una implacable crisis de personas sin hogar.
Los opositores esperan un revés en un estado de mayoría demócrata, donde el Partido Republicano no ha ganado una elección estatal desde 2006. La contienda está siendo observada de cerca a nivel nacional como un barómetro del sentimiento ciudadano de cara a las elecciones de medio término de 2022 para renovar el Congreso de Estados Unidos.
Pero, ¿cómo se llegó a el revocatorio del gobernador de California?
Los intentos de revocación son comunes en el estado, pero rara vez llegan a la boleta y aún menos tienen éxito. La única vez que se revocó a un gobernador fue en 2003, cuando el demócrata Gray Davis fue destituido y los votantes lo reemplazaron por el republicano Arnold Schwarzenegger.
Esta vez, el referendo revocatorio fue provocado por el enojo de los californianos por el manejo de la pandemia y un escándalo que protagonizó el gobernador el pasado otoño.
En primer lugar, las cuarentenas dictadas por Newsom, que provocaron la pérdida de empleos, el cierre de las escuelas y la interrupción de la vida cotidiana, agriaron a casi todo el mundo. Muchas de las rutinas de la vida se interrumpieron, ya fueran viajes a la playa o almuerzos un restaurante.
A eso se sumó la indignación provocada por unas fotos que mostraron al gobernador asistiendo a una reunión con amigos el 6 de noviembre, en violación de los protocolos anti COVID-19 que él mismo había establecido para el estado.
En las fotos, Newsom fue visto cenando en el lujoso restaurante French Laundry de Yountville, en el Valle de Napa, junto a su esposa y una docena de personas para celebrar el cumpleaños del conocido cabildero Jason Kinney.
Tras el rechazo que provocaron las imágenes, el Gobernador calificó la cena de “un grave error” y pidió disculpas.
“Debería haberme levantado y haber conducido de regreso a mi casa”, dijo. Y agregó: “El espíritu de lo que estoy predicando todo el tiempo se contradice. Necesito predicar y practicar, no solo predicar”.
Por otro lado, el funcionario buscó justificarse subrayando que la cena había sido al aire libre y alegando que no sabía que la reunión iba a ser tan concurrida.
El escándalo se produjo justo cuando California estaba experimentando un aumento en las infecciones y hospitalizaciones por coronavirus, y mientras los funcionarios instaban a los residentes a evitar las tradicionales reuniones de Acción de Gracias.
El episodio fue un duro golpe para la credibilidad de Newsom, quien se convirtió en el símbolo nacional del doble discurso de la clase política.
Ese escándalo, no obstante, no fue el único que llevó al revocatorio. Newsom también fue golpeado por las consecuencias de un fraude multimillonario en la agencia estatal de desempleo y el enojo provocado por el aumento de los impuestos, de los precios de los alimentos y de la gasolina, la amenaza del racionamiento del agua para hacer frente a una sequía prolongada y la continua amenaza de incendios forestales.
Así, el Gobernador pasó gran parte de 2020 a la defensiva. Pero a principios de este año, la reapertura de la economía lo ayudó a recuperar popularidad. El gobernador se ha beneficiado de un superávit presupuestario estatal récord que le permitió recorrer el estado para anunciar nuevos e importantes programas de gastos, incluidos 12 mil millones de dólares para combatir la falta de vivienda; cheques de hasta 1.100 dólares para millones de personas de ingresos bajos y medianos que lucharon durante las cuarentenas; y 2,7 mil millones de dólares para financiar el jardín de infantes gratis a todos los niños de 4 años.
Newsom, quien fue elegido por amplia mayoría en 2018, ve el revocatorio como un ataque a las políticas progresistas de California. Los demócratas dicen que el esfuerzo por destituirlo está siendo impulsado por extremistas de extrema derecha y partidarios del ex presidente Donald Trump. El revocatorio está respaldado por los republicanos, pero los organizadores argumentan que tienen una coalición amplia, que incluye a muchos independientes y demócratas.
El mismo Newsom ha estado advirtiendo que la carrera no está cerrada, y los demócratas temen que muchos de sus votantes se encojan de hombros ante la contienda, mientras que los republicanos y los conservadores están ansiosos por votar.
Aún así, Newsom tiene una ventaja sobre sus enemigos republicanos: California es uno de los estados más demócratas del país. Los votantes demócratas superan en número a los republicanos en casi 2 a 1, y el partido controla todas las oficinas estatales y domina la Legislatura y la delegación del Congreso.
Hay 46 nombres en la boleta, aunque el ex congresista Doug Ose se retiró esta semana después de sufrir un ataque cardíaco. Los 24 candidatos republicanos incluyen al locutor de radio Larry Elder, Kevin Faulconer, ex alcalde de San Diego; el empresario John Cox, que fue derrotado por Newsom en 2018; Caitlyn Jenner, una personalidad de telerrealidad y ex atleta olímpica; y el asambleísta Kevin Kiley.
Los republicanos ganaron por última vez una elección estatal en 2006, cuando Schwarzenegger fue reelegido.