EL «PATÓN» POR EL «GABY»

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Gabriel Griffa, el extraordinario artista muralista de nuestra Ciudad, nos tiene acosumbrados a sorprendernos con sus obras. Desde Nelson Mandela a la Madre Teresa de Calcuta, pasando por Emiliano Sala, el «Trinche» Carlovich, Angel Di María, y llegando hasta el mismo Indiana Jones, fueron plasmados en obras de suprema calidad, con un realismo impactante.

Ahora, fue el turno de Edgardo «El Patón» Bauza, ídolo y emblema de Rosario Central, técnico de la conquista de la Copa Argentina 2018 para los canallas, quien resultó reflejado por el talento de Gabriel, en las mismas paredes del «Gigante de Arroyito».

«El trabajo lo realicé a pedido de un amigo de Rosario Central… Era un desafío importante, tuve que trabajar a una altura de 10 metros, confieso que la noche anterior a comenzar el mural no pude dormir… Pero con una grúa que llevaron, pude trabajar cómodo y seguro», expresó Gabreil ante los micrófonos del Programa «Primera Data», de Récord 91.1 – Radio Casilda.

El mural se ubicasobre la puerta 5 del estadio, y puede verse tando desde afuera como desde adentro del estadio, nos cuenta.

Gaby, con modestia y a la vez orgullo, relata que «el mural mide 4,80 por 4,80 metros», y que en la noche de este jueves recibió la noticia que Bauza se emocionó al saber de su trabajo y verlo terminado.

Ya la pintura gigante es motivo de atracción en Rosario, y los hinchas de Central han comenzado a sacarse fotografías con la misma de fondo, en la que se ve a Bauza con la Copa conquistada en 2018.

Consultado acerca de si fuese llamado por la otra institución rosarina, Newell´s Old Boys, para un mural similar en el «Coloso del Parque», Gabriel dice: «En realidad soy futbolero, hincha no fanático de San Lorenzo, no soy de ninguno de los equipos de Rosario, y lo mío pasa por lo artístico y profesional… Llegado ese caso, me enorgullecería, y lo pensaría antes de responder».

Otro logro  para el gran artista de nuestra Ciudad, que además de su importancia puntual, abre nuevas puertas para su tarea. ¡Bienvenido y merecido sea, Gabriel!