«ESCRITO A MANO», por SUSANA TOROSI

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ESCRITO A MANO

 

La Amasadora

                                                       A la abuela gringa, que nos regalaba,

                                                       en la aventura de la siesta,

                                                        la roja luz de una sandía,

                                                        en el montecito de los conejos.

El pan tenía el sabor de tus manos

Y a la presión perseverante de tu cuerpo

Cobraba huidizas formas femeninas.

La masa se rendía blandamente al ritual

Y en ella penetraba tu espíritu inmigrante.

Al compás de la muda plegaria bailaban

Los morados viñedos de Loreto,

Los por qué y para qué del largo viaje.

En la penumbra de la cocina

Sobabas la realidad

Tan diferente del sueño.

Zapateaban las últimas estrellas

Sus frágiles promesas

Sobre la precariedad del rancho.

En qué puerto terroso confinaste

Tu enorme arcón viajero.

El pan fue el primer hilo que tendiste

A través del océano.

Amasaste la tierra extraña

Que se cobró tus frutos

A cambio de los suyos.

Dolorosamente, y en soledad,

Amabas y alumbrabas.

María. Cabello atrás. Frente clara.

Complaciste al patrón

Y seguiste al caudillo.

Así de sublime era tu ignorancia.

 

Unos hijos quedaron aferrados

Al apenino vientre de tu pollera gris.

Otros, se encaramaron a tus primeros sueños

Y volaron lejos.

Habías puesto la proa en este mar marrón

Y lo remaste sola, entero, intensamente.

Se te quedaron quietos los brazos

De cansados, allá

Por los ochenta.

María. Mi semilla latina.

Amasaste la vida.

La cocinaste corazón adentro.

Con tus dedos inquietos dibujaste

Racimos de nietos.

Anda en el polen suave de septiembre

Tu suave aliento.

 

Por SUSANA TOROSI – Escritora, Profesora de Lengua y Literatura