El joven que se vio involucrado en el hecho pasó por RADIO DEL SUR FM 90.5. “No podía creer lo que estaba pasando”, dijo. Quedó totalmente desvinculado del hecho.
Tal como dimos a conocer en nota aparte, una nueva estafa telefónica se concretó este jueves por la tarde en Casilda, cuando una mujer de 89 años fue víctima del despojo de una importante suma de dinero en moneda extranjera, en calle Tucumán al 2700.
El aditamento especial que tuvo el lamentable hecho, tuvo que ver, también de acuerdo a lo consignado, con que el hombre que fue a retirar el dinero objeto del engaño, llamó a un cerrajero para que abra una caja fuerte donde el mismo se guardaba.
El trabajador quedó totalmente desvinculado del hecho, aunque en principio quedó demorado.
En la tarde de este viernes, Emiliano, Titular de Cerrajería “Nueva Roma”, dialogó con el Programa “Gracias por estar”, de RADIO DEL SUR FM 90.5.
“Eran alrededor de las 17.00 horas, yo venía regresando desde Rosario, cuando recibo un llamado de un número privado. Un hombre me preguntó si yo era cerrajero y si podía hacer un domicilio, le respondí que sí, y le pedí me adelantara de qué se trataba”, dice.
Agrega que “el hombre me responde que se trataba de una caja de seguridad de la casa de su madre, que vive en Casilda, en la que se guardaba documentación importante, y que se habían perdido las llaves, y que era necesario abrirla. Agregó que él no vivía en nuestra Ciudad, que no podía acercarse a la casa. Me pasó el domicilio, y me preguntó mi nombre, para trasladárselo a quién dijo era su madre”.
“Le dije que me esperara hasta llegar, que estaba en viaje. A los pocos minutos me volvió a llamar, preguntándome cuánto más faltaría para que vaya, le respondí que seguía en viaje, que cuando llegara iría. Y al llegar a Casilda, me llamó por tercera vez, nuevamente preguntándome en cuánto tiempo iría al domicilio. Esto me sorprendió y se lo expresé, y me dijo que su madre estaba muy ansiosa por abrir la caja y darse con la documentación, que necesitaba, pidiéndome disculpas por la insistencia”, expresa.
Comenta que “llegué al lugar, me bajé de mi vehículo, y la señora abre la puerta, estaba esperándome, me atiende detrás de unas rejas, mientras con un teléfono inalámbrico, de los teléfonos fijos, estaba en comunicación quien decía era ser su hijo. Ella me preguntó mi nombre, se lo dije, entonces dio la vuelta y me abrió, siempre con el llamado en línea”.
“La señora le decía a quien estaba del otro lado del teléfono que yo había llegado. Me acerco a la caja fuerte, no estaba seguro de poder abrirla, porque algunas tienen un mecanismo complejo, le dije que lo iba a intentar, y finalmente no era que las llaves se habían perdido, sino que no se recordaba la combinación numérica. Después de un procedimiento de cerrajería logré abrirla, y no ví lo que contenía. La señora me abonó el precio que ya habíamos convenido, y me retiro. Ella seguía en comunicación telefónica con el hombre que creía era su hijo”, detalla.
“Al salir, me encontré con una persona conocida, nos ponemos a hablar, y en ese interín el teléfono me sonaba. No atendí en ese momento, al subir al auto vuelve a sonar, nuevamente de un número privado. Atiendo, era el hombre que me había llamado. Me agradece el trabajo, me pide disculpas por la insistencia, argumentando su madre estaba muy angustiada, me dice que se llama Cristian, y que había cambiado el teléfono y por eso sus llamadas aparecían como número privado. Incluso me dijo que me iba a agendar, para por cualquier cosa llamarme ante necesida de algún trabajo de cerrajería. Me dijo también que me mandaría un mensaje para que a mi vez lo agende, pero ese mensaje nunca llegó”, dice.
Continúa el relato diciendo que “de allí fui a hacer otro domicilio, y luego a mi casa, a cambiarme, porque tenía un curso. Iba a buscar a una compañera, cuando en Vicente López al 200 un móvil policial se coloca al lado de mi vehículo, y que tienen que hablar conmigo. De pronto llegaron más móviles, más efectivos, cerraron la calle, entonces les pregunto qué sucedía, yo no podía creer lo que estaba pasando, me puse mal, algo nervioso… Me cuentan el hecho, y me puse a disposición”.
Dice además que “me dijeron que debían trasladarme a la Jefatura y requisarme el vehículo, puse todo a disposición, mi camioneta está cargada de elementos de mi trabajo. Estuve demorado algunas horas, di mi testimonio, requisaron mi vehículo, y luego a la noche pude irme, se me calificó como partícipe involuntario del hecho”.
Comenta que «tenemos un grupo de whatsapp con algunos colegas, esta mañana nos hemos ido intercambiando mensajes, para estar atentos ante este tipo de hechos que se vienen repitiendo, aunque nunca me tocó pasar por algo así».
“Lamento mucho lo que le ocurrió a esta familia, nos ponemos a disposición para lo que necesiten. Uno sugiere a las familias que pongan al tanto especialmente a los adultos mayores de todas estas maniobras, que tengan presente llamar al 911 o algún vecino, cuando ocurren estas situaciones. Quienes están detrás de esto son muy hábiles, están todo el tiempo pensando en cómo engañar a la gente”, manifiesta.
Esta es la nota completa: