La inseguridad no es exclusiva a un barrio o sector de la Ciudad. Se campea en distintas áreas, y prueba de ello son los constantes hechos ocurridos en esos distintos sectores.
Sin embargo, en algunos de esos sectores, incluso pudiendo ser determinados como sectores dentro de un mismo barrio, la problemática se recorta aún con más nitidez.
Es lo que ocurre en un sector de Barrio Barracas, especialmente el determinado por calles San Luis, Sarmiento, La Rioja, Primero de Mayo e inmediaciones.
En el último tiempo, distintos hechos relacionados con la inseguridad se han vivenciado en esa zona. Desde robos a comercios, hasta intentos de robos a domicilios, hasta algunos hechos que tienen a los vecinos en estado de alerta permanente.
Hasta tal punto alerta, que esos vecinos han conformado grupos de wass app, para estar permanentemente comunicados y avisarse recíprocamente de movimientos sospechosos.
Un comercio situado en San Luis y Sarmiento sufrió dos robos en poco tiempo, y en la noche de este lunes su propietario percibió que podría volver a ocurrir, ante la presencia de dos hombres que merodeaban frente a su negocio. Cabe resaltar, que el comerciante en cuestión, a partir de las 18 30 de cada día, cierra con rejas todo acceso a su local, atendiendo detrás de ellas.
El encerrarse en sus casas temprano -el horario de las 18.30 es un común denominador- parece ser una costumbre que los vecinos de la zona han asumido. Dicen le produce temor estar en la calle más allá de ese tiempo.
Los mismos vecinos que dan a conocer –off the record, ya que manifiestan temor a hacerlo ante un micrófono, aún con reserva de identidad- alguna metodología de delincuencia que se reitera en el lugar: arrojan piedras sobre los techos de las casas, y cuando nadie sale o no se perciben movimientos luego de arrojarlas, a esa casa ingresan a robar.
Vecinos que manifiestan también escuchar constantes «silbidos» cuando comienza a oscurecer, a modo de aviso entre quienes están dispuestos a delinquir.
Otro modo de «apuntar» a potenciales víctimas, es colocar precintos en las puertas o en las rejas de los domicilios: si pasado el tiempo ese precinto sigue intacto, lo que da cuenta de no haber movimientos de ingreso o salida de esas casas, ése es el lugar elegido para ingresar a robar.
La zona está próxima al Canal Candelaria, donde altos pastizales o cañaverales sirven de escondite. Si bien muchas cañas han sido cortadas por el Municipio, han quedado allí, y cumplen la función de ser útiles para esconderse.
También próximo está «El Paseo del Inmigrante», un proyecto en teoría valioso que apenas alcanzó a dar sus primeros pasos. Comienza bordeando el Canal Candelaria en Boulevard Ovidio Lagos, y continúa hasta calle Mitre. Presenta altos cañaverales, que además al crecer hacen cada vez más angosto el sendero. Según los vecinos, grupos de jóvenes suelen reunirse allí, y se habla de alcohol y drogas que se consumen en el lugar. (En la imagen de tapa, vemos el tramo que va de calle Sarmiento a calle Primero de Mayo).
No es un elemento menor, también expuesto por los vecinos, la escasa iluminación.
Casi como un símbolo, en Primero de Mayo y el Canal, inmóvil, un auto arrumbado y abandonado, con vestigios de algunas de sus partes quemadas, descansa en el olvido.
Robos, movimientos que perturban, miedo, rejas, encerrarse en casa antes de que anochezca, pedradas a los techos o precintos en las puertas como acción previa al robo, silbidos extraños a modo de especial comunicación, vecinos que prefieren no hablar o hacerlo en reserva y en voz baja por marcado temor a represalias.
Es en Casilda. Es en el sector de Barracas que describimos. Y es hora de actuar.
No es justo de ninguna justicia que ciudadanos honestos deban vivir presos y encerrados en sus propias casas. O peor aún, presos del lógico miedo emergido de su realidad cotidiana.
Fotografías: Virginia Glorio
(Nota de la Redacción: Luego de la publicación de este artículo en la noche de este miércoles y del tratamiento del tema en la emisora Record 91.1 el día miércoles por la tarde, este jueves pudo apreciarse en la zona objeto del mismo una marcada presencia policial, patrullando con sus móviles, y también con móviles fijos)
