Jaquelina Farjat, responsable de la Oficina Casilda de ANSES, goza de un privilegio que pocos empelados o municipales públicos pueden esgrimir: es querida y valorada por la gente.
De gran contracción al trabajo, expeditiva, cálida y cordial, siempre dispuesta a la solución de problemas, se ha ganado ese respaldo del público por esta manera de encarar su labor.
A comienzos de la gestión anterior en el Gobierno Nacional, Jaquelina recibió una comunicación informándole sería desplazada de su cargo, y reemplazada por otra persona. ¿Los motivos? Ninguna expresado, pero imaginado: política mal entendida, a la hora de reemplazar personas por otras, que sean afines a la ideología gobernante, o a las cuales se les deba algún tipo de favor o retribución de gentilezas. Una constante lamentable en la Argentina.
Fue entonces, conocido el hecho, que la población de puso de pie. Desde instituciones intermedias, con el Centro de Jubilados y Pensionados Nacionales de Casilda con especial actuación, hasta particulares, hicieron conocer su postura: no era justo. debía quedarse.
Fue tal la expresión popular e institucional, de la que algunas figuras políticas se hicieron eco, que la movida fue abortada. Se dio marcha atrás, y Jaquelina siguió en su puesto, tal como la gente quería.
La tranquilidad duró 4 años. Porque el 11 de febrero pasado, recibió una nueva comunicación, tan similar a la anterior, ahora de parte del Gobierno Nacional actual. Los motivos, seguramente los mismos. Hay cosas que no cambian, porque son lamentablemente comunes a distintos signos partidarios.
Y así como ocurrió aquella vez, otra vez la gente salió en defensa de Jaquelina Farjat. Otra vez el Centro de Jubilados tomó idéntica postura en su respaldo, otra vez ciudadanos comunes atestaron los comunicadores de los medios de comunicación y las redes sociales levantando su voz. Si hasta una movilización algunos ya estaban organizando…
Todo indica que como aquella vez, la jugada tendrá nuevamente una marcha atrás. Que Jaquelina Farjat seguirá siendo la Jefa de la Oficina Casilda de la ANSES.
Ojalá. Por ella, por la gente, por la transparencia, por valorar a aquellos que hacen bien su trabajo, más que a los compromisos políticos partidarios.
Y ojalá que alguna vez, este tipo de situaciones dejen de suceder.
