La leptospirosis es una enfermedad zoo notica producida por una bacteria que puede estar presente en la orina de ciertos animales como roedores, perros, vacas, cerdos, caballos, aves y hasta algunos anfibios. El primer eslabón en la cadena de contagios es el ratón común (“ratón de galpón”), aunque los demás animales pueden serlo al estar en contacto con las secreciones del mismo. Se trasmite por el contacto directo con la orina de un animal infectado, sea a través de la piel (piel con alguna escoriación o lastimadura, o piel sana), y también por vía salival, nasal o conjuntiva, al tocarnos con las manos que hayan tenido contacto con la orina del animal infectado.
Las maneras de contagio pueden ser de dos tipos: esporádicas, como el común ejemplo de alguien que limpia un galpón en su casa y toma contacto con la bacteria, o de quien va a pescar y está mucho tiempo con los pies en el agua, o quien trabaja en chiqueros. O bien del orden de epidemias, que se dan luego de grandes lluvias e inundaciones (como en estos días en nuestra región); los roedores salen de sus cuevas, y terminan contagiando a otros animales, o al agua, en que incluso suelen morir ahogados, con la consiguiente contaminación del medio ambiente.
Los síntomas se manifiestan como un cuadro gripal, con fiebre, decaimiento, dolores musculares, dolor de cabeza. Hay que tener en cuenta, ante la aparición de estos síntomas, si se realizó algún tipo de actividad que pudo ponernos en contacto con la bacteria, de la manera antes enunciada. El período de incubación es de 7 a 20 días. Lo ideal sería hacer el correspondiente análisis dentro de las 48 horas de aparecidos los síntomas.
Si bien no existen vacunas para el humano, los modos de prevención son variados: vacunar como corresponde en medicina veterinaria a nuestras mascotas en la Ciudad y a los animales de campo en las zonas rurales (cerdos, vacas, caballos), ponernos guantes y botas si trabajamos o estamos en sitios de riesgo, lavar los frutos que consumimos (especialmente los que están a poca distancia del suelo, como los higos). También debemos evitar que los niños jueguen en areneros de las plazas, mantener nuestros patios limpios, sin que se acumule basura ni crezca la maleza. A nivel general, es indispensable que los Municipios y Comunas traten el tema de la basura y los basurales y efectúen campañas de desratización.
Una vez contraída y detectada la enfermedad, se combate con un tratamiento en base a antibióticos, y es más efectivo cuando es administrado a partir de la primera semana desde el inicio de los síntomas. Cabe destacar el excelente servicio que el Hospital “San Carlos” brinda a la hora de realizar los análisis correspondientes, con un equipo médico de primerísimo nivel.
Como toda enfermedad, la leptospirosis debe no preocuparnos pero sí ocuparnos, observando todos los modos de prevención y realizando rápidamente la consulta médica ante la aparición de alguno de los síntomas descriptos.
Por GERARDO MINIO (Médico)