El hombre confió en un trabajador para que realizara tareas relacionadas a la colocación de tubos de GNC. Con el paso de los días y las excusas, pudo dar cuenta de que el auto no estaba donde lo había dejado.
Según el relato brindado al portal Casilda Plus, la joven le pidió a su padre que llevara el Renault al taller. Su progenitor realizó dicha acción y cuando a los dos días volvió por él, le deslizaron la necesidad de tenerlo un par de días más ya que no habían conseguido ciertos repuestos.
El viernes fue el día clave para que se destapara la situación. La devolución del coche estaba garantizada por los trabajadores para ese día pero todo se convirtió en pesadilla. El dueño del taller le confesó que el vehículo había sido robado y que no había realizado la denuncia.
Lo cierto es que, además de tratarse de una situación realmente extraña, la familia se encuentra desesperada en plena búsqueda del vehículo con chapa patente TQF 477, color gris.
Imagen ilustrativa
