En el imaginario social de los/as argentinos/as se encuentra anclada cierta idea de “paternidad” de la patria asociada a la figura del general José de San Martín. Ésta situación deviene de una fuerte construcción simbólica/cultural desde donde los primeros historiadores de la Argentina fueron los mismos que ganaron en los campos de batalla y luego escribieron la historia, tal es el caso de Bartolomé Mitre, autor de relatos históricos fundacionales y principal hacedor en la cuestión de otorgar “paternidades” a la patria. De esta forma solemos pensar las luchas por la independencia en términos personalistas y androcéntricos, como si los ejércitos criollos que lucharon por la independencia estuvieron constituidos sólo por “hombres blancos”, “bien preparados” y con sublimes sentimientos nacionalistas de “argentinidad”.
La cuestión es mucho más compleja; la idea de patria que circulaba durante las guerras por la independencia se encontraba asociada a una identidad latinoamericana; en los ejércitos criollos se incorporaron personas tomadas en condición de esclavas de origen afro a las cuales se les otorgaba inmediatamente la condición de libertos/as entre las cuales hubo mujeres…
María Remedios del Valle fue una de ellas, nacida en Buenos Aires hacia finales del siglo XVIII, después de la revolución de Mayo de 1810 se alista como auxiliar y combatiente a la primera expedición destinada al Alto Perú al mando de Ortiz de Ocampo, combatió en la batalla de Huaqui (julio de 1811). Más tarde “tía María” o la “parda María”, como era apodada, combate junto a Belgrano en el reorganizado Ejercito del Norte y es nombrada con el rango militar de Capitana. Después de las derrotas en Vilcapugio y Ayohuma, María es tomada prisionera por el ejército realista español quien la condena a ser azotada públicamente durante nueve días, este “castigo” ejemplar para una mujer negra, pobre y combatiente no llega a concretarse porque María logra escapar de sus captores y se reintegra al ejercito criollo al mando del general Martín de Güemes. Entre los soldados era nombrada como la “madre de la Patria”. Una vez finalizadas las luchas por la independencia María regresa a Buenos Aires, en su cuerpo portaba las marcas de cada batalla en las que había participado, no obstante tuvo que suplicar el pago de una mensualidad por los servicios prestados a la patria como Capitana. Fue Juan Manuel de Rosas quien la integra a la plana mayor inactiva con el grado de “Sargento”. A modo de gratitud, María Remedios del Valle cambió su nombre por María Remedios Rosas, la “madre de la patria” murió en un ranchito alejado de la ciudad de Buenos Aires en el año 1847.
En los relatos oficiales suele hablarse de las “niñas de Ayohuma”… una sutil forma de minimizar la actuación de guerreras involucradas activamente en las luchas por la independencia de las cuales hoy casi ni recordamos sus nombres.
Por SANDRA MICHELÓN – Profesora de Historia
