Cuando una chica denuncia un caso de abuso sexual – o de cualquier tipo – hay que creerle, siempre. Cuando una mujer denuncia una situación de violencia – también de cualquier tipo – hay que creerle, siempre.
Ahora bien, ¿Cualquier caso es abuso y cualquier caso es violencia? Pues no.
Hay una frase que va a ayudarnos mucho durante toda nuestra vida que es la siguiente: Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
A Rolando no tenés que quererlo.
Rolando, como decía un video que se viralizó hace poco, no es un angelito, ni es especial. Especiales son las pizzas.
Pero Rolando sí es amigo de mis amigos, sí es un tipo con el que me abrazo en Nox, sí es alguien que lo único que no puede hacer es defenderse en esta virtualidad humana – ¿O humanidad cada vez más virtual? – que ahora está hablando mal de él. Y eso no está bueno.
¿Por qué dije que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa? Porque un intercambio de tuits que más bien parecía un desprecio hacia algunas personas no son ni una denuncia válida, ni mucho menos representación de la lucha de las mujeres que lleva años, recursos y, sobre todo, empatía con los demás.
Un intercambio de tuits quejándose, insinuando que alguien se abusa de su condición, no construye nada. Diría más bien que es corrosivo y que no muestra nada más que la oscuridad de quienes utilizan menos de 280 caracteres para vaya uno a saber qué.
Insisto, si mañana una chica denuncia un abuso o una situación violenta debemos creerle, siempre. No tiene nada que ver con esto.
Y a Rolando no tenés que quererlo.
Aunque, ¿se puede no hacerlo? 
♥️
