Más allá de las campañas reiteradas, de los testimonios de quienes la sufren, de los allanamientos y de los intentos para minimizar su uso, la Ciudad tembló con explosiones en distintos Barrios.
De la misma manera o aún en mayor medida que en la pasada Nochebuena, la noche de Año Nuevo en Casilda volvió a estar marcada por numerosos e importantes estruendos, producto del uso de artículos de pirotecnia.
Luego del 24 de diciembre, que estuvo precedida por campañas de concientización a través de grupos, entidades, profesionales, personas que sufren las consecuencias o familiares de las mismas, o de dueños de mascotas y entidades proteccionistas, en los días previos a este fin de año hubo intentos por intensificar esos intentos y minimizar el uso de pirotecnia
Se realizaron reuniones, se unificaron esfuerzos, se replicaron testimonios, y hasta el Municipio denunció a la Fiscalía local la venta clandestina, lo que derivó en allanamientos y secuestros de artículos.
Nada de eso alcanzó.
Ya en redes sociales, se podía percibir a muchas personas que con total desparpajo, comentaban con palabras irónicas todo lo anterior, y manifestaban su intención de proseguir en una práctica que a hasta altura nadie puede desconocer resulta dañina.
Ni siquiera fueron efectivas las recomendaciones que describen que la manipulación de dichos artículos es seriamente riesgosa para quienes la llevan a la práctica.
En todos los sectores de la Ciudad, en todos los Barrios, se detonaron artículos pirotécnicos, muchos de ellos de gran potencia.
Lo que ocurrió desde la tarde, el anochecer, la medianoche -una verdadera guerra de explosiones-, la madrugada, e incluso la mañana de este miércoles 1 de enero.
Las consecuencias, las previsibles. Animales perdidos, otros corriendo asustados, familias con niños con Trastorno del Espectro Autista sufriendo, adultos mayores o enfermos sobresaltados.
Otra vez, nada importó. Y lo preocupante, es que tanto en Nochebuena como en la noche de Año Nuevo, el uso de pirotecnia ha sido notoriamente mayor a otros años anteriores.
Cabe recordar que está vigente en Casilda la llamada Ordenanza de Pirotecnia Cero, que evidentemente no se cumple o no su puede hacer cumplir.
Quedará seguir en la concientización, aunque parezca una cruzada estéril.
Quedará insistir en que a nivel local se realicen controles de manera seria y permanente, y que se apliquen sanciones ante el uso de pirotecnia en cualquier momento o días del año.
Y propender a que legisladores de nuestra Región, puedan impulsar leyes de Pirotecnia Cero a nivel provincial y nacional.
Una pena.