No quiero un año hecho de cosas increíbles y fantásticas.
Quiero un año sereno, hecho de pequeñas cosas.
Verdaderas, simples, concretas.
Creíbles y bonitas.
Posibles.
Un año como los del pasado,
lento, que no suceda en un suspiro.
Sin enojos, sin guerras internas, sin conflictos.
Para hacer, para dar, recibir.
Y para gozar también.
Que el tiempo no vuele, eso quiero.
Que planee,
como esos pájaros seguros de sí,
extendiendo sus alas,
bebiéndose el paisaje vital.
Por MARÍA ROSA INFANTE.