Pese a las campañas y a las recomendaciones, en esta Nochebuena se percibió un notorio uso de pirotecnia en todos los Barrios de Casilda, que superó lo ocurrido en los últimos años.
No bastaron todas las recomendaciones provenientes de profesionales de la salud, de entidades proteccionistas, de autoridades ni de familias que tienen entre los suyos a niños con trastorno del espectro autista.
Tampoco, las evidencias de daño y alteración a adultos mayores, a niños, a enfermos o a personas sensibles a los ruidos.
Ni siquiera la Ordenanza de Pirotecnia Cero, en vigencia.
En esta Nochebuena, el uso de pirotecnia en Casilda fue muy notorio, y evidentemente mayor al perpetrado en años anteriores, en que se tenía la esperanza de que algo se había aprendido al respecto.
Desde el Municipio, señalaron que se estaban realizando los controles para que la Ordenanza referida se cumpla, en cuanto a la no comercialización, tenencia o uso de elementos pirotécnicos.
En una nota que nuestro medio realizó con el Secretario Coordinador el Área respectiva, que publicamos en artículo aparte en su momento, el mismo señaló que el control se complejizaba, ante personas que compran elementos de pirotecnia a través de medios como Mercado Libre, que envía cajas a domicilios, o por parte de aquellos que se trasladan a otras localidades a comprar, y los traen en sus autos. Quienes lo compraron para usar, y aún para vender, en domicilios particulares.
En los días previos, se pudo ver anuncios en redes sociales que con total desparpajo ofrecían productos de pirotecnia, e incluso vecinos que denunciaron situaciones de ventas de los mismo.
Sea como sea, desde la tarde, en diferentes sectores de la Ciudad, ya comenzaron a percibirse estruendos, que se fueron incrementando, hasta llegar a la noche, a la medianoche, y a la madrugada.
En redes sociales, en el mismo momento, y en la mañana de este día de Navidad, fueron innumerables las expresiones de quienes sufrieron las consecuencias, dando reflejo de niños con autismo que lo pasaron realmente mal, de personas que están cursando problemas de salud que se vieron alteradas, además de muchos casos de perros perdidos o encontrados tras escapar asustados por los estruendos.
Evidentemente, se ha involucionado. Evidentemente también, la concientización ni las campañas ni los pedidos ni hasta las súplicas alcanzan. Tampoco los controles que se dicen realizar.
Ojalá que para dentro de una semana, en la festividad de Año Nuevo, algo pueda cambiar. Aunque a esta altura, parece muy difícil de que así sea.