Los recolectores de residuos domiciliarios tienen a su cargo una labor que les implica, entre otras cuestiones, realizar su tarea de manera permanente, cada día, todos los días. Raramente no trabajan, incluso haciéndolo en varios días feriados en el calendario, en los que los demás descansamos.
Lo hacen con frío, con calor, con lluvias. Más de una vez, deben ser ellos mismos los encargados de recoger basura desparramada, por poco cuidado de algunos vecinos o por bolsas destruidas por perros callejeros. Incluso, muchas veces se exponen en su propia integridad física, cuando por ejemplo se dejan bolsas en días de lluvia apoyadas en postes de energía eléctrica. Sin embargo, ellos van y van, cumpliendo su labor, no siempre valorada como se merecen.
A todo lo anterior, se agrega algo más, producto del accionar negligente de algunas personas que no consideran ni respetan el trabajo de los demás: hay quienes, con total displicencia, que arrojan dentro de las bolsas vidrios rotos, elementos punzantes, jeringas, y otros elementos que atentan contra los recolectores.
Este viernes al anochecer, paradójicamente en el «Día del Recolector de Residuos» -jornada trabajada normalmente por ellos- ocurrió otro episodio que se inscribe en lo antedicho: uno de los trabajadores de SAPEM terminó herido al clavarse una jeringa depositada en una bolsa de nylon, la que se encontraba totalmente suelta, y junto a una cantidad importante de residuos hospitalarios. Cabe consignar que la bolsa en cuestión se encontraba en un domicilio particular.
Además del pinchazo y la herida, es lógica la preocupación por otras consecuencias que pueda sufrir el trabajador ante semejante hecho. El grupo que acompañaba al recolector que sufrió el pinchazo realizó la denuncia correspondiente. Según sus dichos, el cesto donde se depositan los residuos de ese domicilio y donde se encontraban los desechos ya no se encuentra ya en el lugar, aparentemente retirado luego de que se conociera el episodio. También manifestaron la vereda había sido lavada.
No es la primera vez que sucede: hay antecedentes de recolectores heridos en su vista por vidrios, con heridas en sus manos por el mismo motivo, y otros que también recibieron pinchazos de jeringas. La reiteración de casos, estaría alentando a los trabajadores que recolectan los residuos de los domicilios de los vecinos, a tomar algún tipo de medida, para intentar lograr de parte de algunos vecinos que no toman conciencia de tales hechos, a que por fin se tomen conciencia al respecto, tomando debidas precauciones a la hora de depositar en las bolsas elementos claramente peligrosos.
Mario Carrillo, quien conduce el camión de SAPEM, y a quien le ha tocado presenciar varios perjuicios sufridos popr sus compañeros, y quien además permanentemente insiste pidiendo precaución a la hora de lo que depositamos en las bolsas de residuos, publicaba en redes sociales, recién ocurrido este último hecho, esta comunicación: