“No puedo creer lo que acabo de ver en Lisandro de la Torre y Mitre, frente al Correo… dos chicas, muy jóvenes, matándose a golpes y trompadas… nadie las separaba… un señor de una oficina de la esquina se cruzó a separarla y terminó recibiendo él también golpes… pasé en el auto, no pude estacionar, pero ví toda la escena… esto es una locura… lo primero que hice al llegar a mi casa fue llamarlos… alguien tiene que hacer algo…”
La voz de la mujer sonaba nerviosa y entrecortada en el contestador de una radio local. Daba cuenta de lo que había visto hacía apenas unos minutos atrás, siendo testigo presencial de otra escena de las muchas que en el último tiempo se vienen dando en nuestra Ciudad, dentro de esta peligrosa moda que se ha instalado entre los adolescentes: chicas de escuelas secundarias que se convocan a pelearse en la vía pública. En muchos casos, se agrega algo más: compartir las imágenes de las grescas en las redes sociales.
El fenómeno se viene dando desde el año pasado. Pudo en ese momento establecerse que se trataba de grupos de jovencitas, con un promedio de edad alrededor de los 14 años, convocadas a través de Facebook o de WhatsApp, a pelearse literalmente a las trompadas en lugares públicos de Casilda.
En distintos momentos desde que la riesgosa costumbre se afincó en la Ciudad, han circulado videos, muchas veces divulgados por las mismas estudiantes, donde puede vérselas luchando a golpes de puño y patadas, mientras el resto de sus compañeros las rodean y arengan a una y a otra.
El tema ha dado motivo a que las autoridades escolares y políticas se muestren atentas. Han podido establecer que no se trata de episodios aislados, sino de un nuevo fenómeno (que ocurre en grandes ciudades y ha recalado en la nuestra), y son conocedores de la dinámica ya apuntada, a partir de los videos que circulan por Internet.
En alguna oportunidad ha actuado el Juzgado de Menores de nuestra Ciudad, cuya titular, Dra. María Cristina Pecoraro, ha tomado medidas de restricción a la cercanía de las jóvenes involucradas, junto a medidas correctivas con la intención que las alumnas que aparecen en una filmación tomándose a golpes mejoren su rendimiento escolar y se desaliente el mal comportamiento. Recordamos que el año anterior la situación llevó a que se concreten diversas reuniones de las que participaron la Jueza de Menores, el Intendente Municipal y autoridades de colegios, con la intención de erradicar este nuevo modo de violencia escolar.
Por estos días, tal como narrábamos al comienzo, el fenómeno volvió a estar en el centro de todos los debates. Salidas de una escuela de la zona, las dos chicas que llamaron la atención de la preocupada oyente del mensaje radial se convocaron a pelear en la esquina relacionada, Boulevard Lisandro de la Torre y Mitre.
El Concejo Municipal de Casilda, en su última sesión del pasado día jueves, se hizo eco de esta costumbre que se desarrolla en todo el país, y que ha recalado en nuestra zona:
“Fuera del orden del día: En uso de la palabra la Concejal Antona Pierucci, mociona el envío de una Nota a la Unidad Regional IV de Policía, solicitando se arbitren los medios necesarios a los efectos de disponer de patrulleros o efectivos, en el horario de salida de alumnos de los colegios secundarios, en horas del mediodía y de la tarde. Motiva la solicitud, el alto grado de violencia expresa y manifiesta de los adolescentes que inician peleas callejeras, llegando a episodios de alarmante significación donde ponen en riesgo su integridad física. Sobre el particular, la Concejal Casati, mociona el envío de una Nota a los responsables de la Región V de Educación en Cañada de Gómez, a los efectos de ponerlos en conocimiento de esta problemática, y solicitando se evalúe la situación a los fines de revisar si es necesario profundizar algunas acciones desde ese órgano, tendientes a tratar puntualmente la cuestión de la violencia estudiantil.” (Extraído del parte de la Novena Sesión Ordinaria del Concejo Municipal de Casilda, 27 de Abril de 2017)
La misma Concejal Pierucci, que además es docente, expresa: « “Es una problemática que viene del año pasado, lo tratamos permanentemente en la escuela. Las veces que hemos hablado con los padres, ellos nos manifiestan que conocían la situación, sea de competencia o de amenaza de sus hijas, y que no quisieron hablar con la escuela, lo que después se reprochaban. La escuela se hace cargo dentro de sus posibilidades, ese día fui a la esquina corriendo con la intención de separarlas, pero cuando uno separa corre el riesgo de ´ligarla´, hubo como dice la señora que llamó una persona que quiso separar y recibió golpes, una de las chicas estaba en una situación de mucha agresividad. Ese mismo día no sólo ocurrió este episodio frente al Correo, sino también en la esquina de una farmacia, en España y Dante Alighieri”
“Si bien las alumnas no están dentro de la escuela, representan a la escuela, estén donde estén, la gente sabe a qué escuela van, muchas veces la gente cuando ve estos hechos nos habla a nosotros como escuela y no a los padres, porque las identifican como alumnas de la escuela. No queremos que existan más estos hechos, las chicas vienen cargadas de una situación agresiva, piensan que si se pelean una gana y otra pierde, y en realidad pierden las dos”.
“Que la policía actúe no es, sinceramente, lo que más no gusta, pero en el momento de estos episodios llamamos a la policía pensando en una protección, no quisiéramos que la policía tenga que actuar, pero se despliega tanta violencia, que hasta quien quiere separar puede tener algún problema. Queremos que entre todos encontremos alguna solución, alguna alternativa para que esto no ocurra más. Desde la escuela trabajamos para el diálogo y el respeto, pero en la escuela estamos con los chicos apenas unas horas. Se brindan permanentemente espacios, charlas, capacitaciones para orientar a los jóvenes a esas otras alternativas. Y atención con algo, siempre se los digo a mis alumnas, ya que tanto hablamos de violencia de género, de femicidios, a veces no nos damos cuenta que nosotras alentamos a eso, cuando una chica se pelea con otra por un chico, se están desvalorizando como personas, se están ´regalando´ a la voluntad de ese chico que miró a una sí y a otra no, si no nos defendemos y respetamos como mujeres entre nosotras mismas le estamos dando el poder a alguien que lo ocupa por nosotras”.
Con respecto a Ordenanzas aplicables a este tipo de episodios, se encuentra vigente una que fue autoría de Juan José Sarasola cuando éste era Concejal, y que comenzó a regir a los pocos días de haber asumido su cargo como Intendente de la Ciudad. La misma establece sanciones para los padres de los menores que generen desorden en la vía pública, para aquellos menores alcoholizados en la calle, en definitiva para quienes atenten contra el orden y las buenas costumbres, a pesar de ser menores.
Evidentemente, se trata de una problemática a ser atendida. Es más que preocupante, y habida cuenta de la violencia que todos coinciden se desarrollan en estas grescas entre adolescentes, su integridad física corre peligro, e incluso, puede pasar un mal trance aquella persona que intente separar a quienes se pelean de una manera tan inverosímil. El Estado no puede estar ausente, y es de valorar el involucrarse del Poder Político y del Poder Judicial. Es claro que, cuando las situaciones se salen de cauce de la manera descripta, la Policía ha de actuar en resguardo y protección.
Sin perjuicio de lo anterior, no ha de perderse de vista que es responsabilidad de los padres cuidar y velar por sus hijos. Ese ha de ser el vértice en esa escala. Y junto a esas acciones concretas de cuidado responsable, el diálogo y la cercanía de padres e hijos han de ser una herramienta fundamental para erradicar estos episodios que se reiteran, se agravan y cada vez preocupan más.
Por GUILLERMO MONCLÚS