Sé feliz, me dije frente al espejo. Sé feliz como puedas, del modo que quieras, pero no dilates la decisión de serlo. Es una tarea que no puede ser transferida. Nadie «te hace» feliz si no lo sos primero.
Sé feliz, me dije. Apartá la maleza con cuidado, sin dañar los brotes. Dejá atrás eso que sabés con certeza hay que abandonar, soltar como se suele decir ahora.
Entrená tu corazón, me dije, para que no duela tanto si falta la devolución esperada. Dar, dar y dar y no importe qué a cambio.
El universo se encarga, me dije.
No dejes de desafiarte, siempre es tiempo. No llores tanto, ya es suficiente, salvo que sean lágrimas de risa.
Sé feliz y desde esa premisa, con lo que hay, con aquello que falta, salí a la vida, hoy, mañana y después. Y hasta que el destino decida. Por esto último, precisamente, no dejes de intentar ser feliz.
Tus ángeles te protegen, me dije. Sos amada. Estás viva y sana, aquí y ahora. No olvides que eso puede cambiar. Nunca lo olvides.
No te crees tantas expectativas, no renuncies a tus raptos de generosidad desbocada, no seas fácil para emitir juicios de valor. No seas soberbia, me dije.
Aprendé a callarte, me dije también. Pero no dejes de gritar aquellas verdades que, si bien no son absolutas, son las tuyas.
Sé feliz, no renuncies, no te rindas. Tratá de acomodar el ritmo de tu respiración al de tu corazón. Cerrá los ojos, escribí esa carta, pedí perdón, sé humilde alguna vez. No quieras demostrar ni demostrarte. Ya está. Ya lo hiciste. Sé feliz sin dilaciones.
Escuchá sin pensar mientras tanto en la respuesta, repartí tu tiempo con quien lo valora, aprendé de quienes ya no están en tu vida -por elección- a no ser como ellos. Ejemplos para imitar te sobran si quisieras.
Si vas a seguir siendo porfiada y cabeza dura, que sea por causas justas.
Sé feliz, es lo que quieren de vos quienes te quieren, bien. Es todo lo que te importa. No depende de otros. Mirá … ¿ves? esa que está en el espejo espera ser feliz.
Es un pecado no hacerlo, no tratar, no serlo. Es una ingratitud, una herejía, una falta de respeto.
Te cuesta … con todo, con tanto, te cuesta, siempre te costó disfrutar, no sirve el temple para los momentos aciagos si no sos capaz, simplemente y teniendo las armas, de ser feliz.
Te ordeno, te pido, te ruego: SÉ FELIZ.
Por MARÍA ROSA INFANTE.