UN GRUPO DE VECINOS MANIFIESTAN PREOCUPACIÓN POR EL ARBOLADO PÚBLICO DE CASILDA

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COMUNICADO ENVIADO A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE CASILDA:

 

NI UN ÁRBOL MENOS

COMUNICADO SOBRE EL ARBOLADO PUBLICO EN CASILDA

“Es con la memoria de lo acontecido, que las acciones presentes, construyen el futuro”

El pasado miércoles 5 de Mayo de 2021, en las instalaciones de la Secretaria de Producción de la localidad de Casilda se llevó a cabo una reunión, para abordar las problemáticas del Arbolado Publico local. Contó con la participación de la Ing. Agrónoma Liliana Boggio, del Consejo Local de medioambiente  (COLOMA) Casilda;  funcionarixs del Ministerio de Ambiente de la Prov. De Santa Fe Mariana Sarich, Técnica Agrónoma encargada de Arbolado Publico y Horacio Quinteros, Ing. Agrónomo, Subdirector de recursos Naturales y Ecología; e integrantes de la sociedad civil participantes de Vecinxs Autoconvocadxs por el Ambiente.

Destacamos fundamentalmente la voluntad de diálogo y la escucha por parte de las autoridades, así como las respuestas dentro de sus  posibilidades, a algunos de los tantos interrogantes que hemos planteado y agradecemos abiertamente la disposición por ello.

Sabemos sin embargo que estas instancias constituyen una formalidad institucional, que si bien habilitan espacios de intercambio resultan insuficientes. Pedimos, para mayor claridad en los procedimientos, la difusión y el acceso a la información pública ambiental, puntualmente en relación a cómo, cuándo y dónde se concretará la remediación de los 10 árboles removidos (en un área de tres manzanas a la redonda), según el plan integral de manejo del arbolado público, tal como reza la vigente Ley del Árbol.

Decimos Insuficientes, ya a que la gran falla es política y radica en cómo esta  piensa e interviene sobre la naturaleza, entramado complejo y vital, del cual somos una de las partes junto a otras especies (que lejos de amenazar con su presencia), propician nuestra supervivencia.

La dimensión “Medioambiental” en las agendas políticas partidarias de cualquier signo, son pobres, sin financiamiento, ni voluntad, ni control y en general no trasciende el simulacro de “hacer que se hace, para no hacer nada”.

Cuando las respuestas forman parte de una burocracia, se desentienden de la trama de la vida. Los tiempos de las gestiones indefectiblemente, corren detrás del daño ya consumado, cuando la destrucción, el vaciamiento, la extracción, la violación y la quema ya avanzaron  sobre los territorios. Porque por su misma dinámica, el capital y el interés de las corporaciones pesa, por sobre  la salud y el bienestar de las comunidades.

Si observamos el contexto, atravesamos una pandemia respiratoria generada por desequilibrios que el mismo humano crea. Se han dado secuencias de quemas brutales en el cono sur, desde el Amazonas a nuestro país en  el Delta del Paraná, las Sierras cordobesas y la Patagonia. La realidad nos está exigiendo cambios y nos está pasando factura en relación a los modos de habitar el planeta, nuestra única casa común.

Entendemos que hay que pensar lo total y actuar en lo local. Es por eso que como ciudadanos nos preocupamos por el presente y el futuro de los Bienes Comunes Naturales en nuestra Ciudad.

El arbolado público urbano constituye un patrimonio natural y cultural, aun no dimensionado,  que brinda incontables bonanzas y servicios ecosistémicos.

Casilda era una hermosa Ciudad de crecimiento horizontal, de bulevares pintados de Jacarandaes.

Con el correr de los años y las gestiones llegó a ser un Basural Regional, con cavas de dimensiones monstruosas. Aquí al revés de la tendencia mundial, la basura se compacta, en lugar de separarse y generar circuitos de ganancias económicas a partir de esto.

Hay escasos emprendimientos agroecológicos y mucha más demanda de alimentos sanos (sobre todo durante la pandemia).

En Casilda el campo es yermo, sin un solo árbol.

Hoy es habitual en un breve paseo por sus calles, chocar con la reiterada escena  de un socavón en la vereda o de un árbol decapitado, o sin sus raíces.

Entendemos que con la continuidad de las gestiones se debería velar y preservarlos con mayor firmeza y determinación. Son  Bienes Comunes y aunque aún no se perciba, son uno de los mejores legados que podemos dejar a las generaciones venideras. Protegerlos implica dejar de  priorizar pretensiones individualistas de propietarios o emprendimientos inmobiliarios.

En Casilda hay lugares preciosos que constituyen corredores biológicos, de un potencial educativo sin límite dado su gran biodiversidad y están abandonados,  fuera de las agendas de las sucesivas gestiones locales: Arroyo Candelaria (históricamente contaminado y maltratado en sus “limpiezas”), Escuela Agricultura, márgenes de las vías, Rio Carcaraña, entre otrxs.

Entonces:

¿Qué plan  de Ciudad pensamos para afrontar la ya tangible crisis climática y/o pandemica?

¿Desiertos yermos de cementos y edificios? O ¿Pulmones verdes?

¿Cómo, dónde y con qué especies, se va a realizar la famosa remediación?

¿Cuál es el criterio de “Urbanidad” en nuestros imaginarios?

¿Cómo será nuestra Ciudad a mediano y largo plazo?

¿Para quién pensamos la Ciudad? ¿Para una minoría portadora de la riqueza y de la tierra? ¿A favor de qué y de quién deciden los que deciden?

¿Cómo pensar un espacio de todxs, de respeto, diversidad y equidad?

¿Cómo educamos para que esto suceda?

¿Cómo contagiar el  cuidado, en lugar de la destrucción?

 

VECINXS AUTOCONVOCADXS POR EL AMBIENTE Y GRUPO ÁRBOL.