«VISCERAL MENTE», por AMPARO LECCESE

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En el pasadizo secreto de tus labios, se disipa mi esperanza de desvanecerme en el ardor de tus sueños.
Sorda de tantos silencios y embriagada de estas soledades que me rondan las nostalgias, amanezco despojada de los vientos que mecen mis memorias.
Te pienso desde mi espacio de luces que provocan saciedad a la luna que ilumina tu cielo y me detengo en las tinieblas, esperando renacer, como rayo de sol, encegueciendo tus ventanas dormidas.
Te encuentro como sombra en el camino de mis abstractos recuerdos, perdiendo la cordura y el aliento por lo vertiginoso de tu andar.
Podría haber satisfecho tu apetito voraz, podría haber deseado tanto como vos, ese espacio de cuerpos afiebrados, hasta el límite más atrevido y glorioso.
Podría… o tal vez nunca hubieras vencido a mis vicios a mis incongruencias, ni a mis horas en las tuyas, que nunca cronometraron el rítmico compás de nuestras mentiras.
Corriendo detrás de la aguja presurosa del reloj, en el que el tiempo se escurre en lo efímero de tus besos.
Ahí me quedé, sintiéndote lejos una vez más..
Ahí se dejó morir el último abrazo..
Ahí.. en esa partícula de abismo que sembró tu mirada, en mis nulas defensas..
Enferma de tus negligencias, busco con desesperación recobrar mi alma perdida. Ya no me pesa tu ausencia, ya no me anclo a tus miedos, ni a tus  desvaríos y soy yo, una vez más, quien a pesar de la tristeza, avanza entre la muchedumbre, con la frente erguida y el corazón hecho pedazos.

 

Por AMPARO LECCESE.