{"id":24860,"date":"2020-08-29T19:23:34","date_gmt":"2020-08-29T22:23:34","guid":{"rendered":"https:\/\/lanuevasenda.com.ar\/?p=24860"},"modified":"2020-08-29T19:26:27","modified_gmt":"2020-08-29T22:26:27","slug":"escrito-a-mano-por-susana-torossi-3","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/lanuevasenda.com.ar\/escrito-a-mano-por-susana-torossi-3\/","title":{"rendered":"\u00abESCRITO A MANO\u00bb, por SUSANA TOROSSI"},"content":{"rendered":"
ESCRITO A MANO<\/em><\/strong><\/p>\n A PROP\u00d3SITO DE LA PRIMAVERA\u00a0<\/strong><\/em><\/p>\n En el patio de mi casa hay un enorme naranjo plantado, seg\u00fan cuenta la familia, a principios de siglo, por la bisabuela de mis hijos. Su generosa copa nos regalaba cada estaci\u00f3n unas enormes y encendidas naranjas que descascar\u00e1bamos bajo su sombra en las amarillentas tardes de invierno. Todos los septiembres anticipaba la agridulce cosecha desde su redonda nube blanca y fragante.<\/p>\n Un d\u00eda aciago para \u00e9l \u2013 los hay tambi\u00e9n para los \u00e1rboles- alguien resolvi\u00f3 que estaba demasiado grande, demasiado alto, demasiado \u00e1rbol y, prepotente, le mutil\u00f3 las ramas hasta cerca del tronco. Nuestro naranjo se ofendi\u00f3 de muerte, repleg\u00f3 su savia y nunca m\u00e1s brot\u00f3. Esta primavera, mientras renov\u00e1bamos algunas plantas, se nos ocurri\u00f3 apoyarle dos o tres rosales para que, sirviendo de columna florida se sintiera \u00fatil, que ese es, en definitiva, el anhelo supremo de todo ser vivo. Al cabo de unos d\u00edas, las j\u00f3venes trepadoras lo abrazaron con su desenfado de hojas lustrosas y perfectas, y nosotros nos quedamos m\u00e1s tranquilos.<\/p>\n Una de estas ma\u00f1anas tibias, daba mi vuelta acostumbrada por el patio que promete verdear como nunca, cuando de pronto, me estremec\u00ed de pies a cabeza. T\u00edmida, derechita, una vara s\u00fabita, ostentando su \u00fanico azahar, estrella diurna, anunciaba septiembre desde mi naranjo.<\/p>\n \u00bfQu\u00e9 habr\u00eda operado el milagro del rebrote, la proximidad de los rosales nuevos, nuestros deseos y nuestro arrepentimiento, sus ganas de vivir?<\/p>\n Lo cierto es que mi naranjo floreci\u00f3. Comprend\u00ed otra vez, que aun contra la oscura soledad, el invierno cruel, las agresiones alevosas, la vida puede m\u00e1s. Y que, si la herida vuelve en cicatriz, por qu\u00e9 no la cicatriz en brote, y el \u00e1rbol mutilado, en \u00e1rbol feliz.<\/p>\n <\/p>\n
\nIn\u00fatilmente esperamos por varias temporadas un indicio de vida. Nada. Ni una rama verde. Hab\u00eda enmudecido de color. Opaca, se resquebrajaba su corteza mostrando el grueso tronco dolorido. Un poste resignado, pura madera, est\u00e9ril y severo. Nadie se atrevi\u00f3 a arrancarlo.<\/p>\n