«TEXTO DIGITAL Y ESCRITURA DIGITAL», por MARCELA RUIZ

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TEXTO DIGITAL Y ESCRITURA DIGITAL

El siglo XXI ha modificado muchas cosas y, como era de esperar, la escritura no ha quedado al margen de estos cambios. La tecnología, para bien o para mal, invadió nuestras vidas, alteró nuestras rutinas y nos alejó de todo aquello a lo que estábamos acostumbrados. Aun así, lejos de lo que muchos creen, no se ha dejado de leer ni de escribir; estas actividades se hacen de manera diferente. Merecen una consideración especial los textos digitales (escritos que se difunden en medios digitales que informan, comunican, expresan y promocionan contenidos). Estos textos están al alcance de cualquier persona en cualquier lugar del mundo gracias a Internet. La diferencia entre estos y los denominados tradicionales no está dada solamente por el medio que se utiliza para su difusión, sino también por algunas características particulares, como por ejemplo, la personalización (quien produce contenido debe saber a qué público dirigirse y usar el vocabulario pertinente), la conectividad (se accede a los contenidos en segundos, desde cualquier lugar del planeta, desde diversos dispositivos conectados a la red y pueden consumirse en cualquier momento, de forma directa o indirecta, masiva o personal y de forma continua), la hipertextualidad (un texto lleva a otro de manera sucesiva y simultánea, conectando y vinculando contenidos, ampliando la información, profundizando y complejizando saberes), la interactividad  y la socialización (blogs, páginas de Internet, redes sociales, correos electrónicos, todos permiten la participación de los usuarios en términos de comentarios o de preguntas retóricas), los recursos multimedia (están acompañados de imágenes, videos y audios) y las actualizaciones constantes (los contenidos se actualizan de manera dinámica). Además, los textos digitales poseen gran alcance y bajo costo, pero tienen que ser originales, creativos, atractivos, estar bien estructurados, deben ser dinámicos y comprensibles y deben estar redactados con naturalidad.

A propósito de la escritura digital, la RAE presentó en 2018 el Libro de Estilo de la Lengua Española según la norma panhispánica (LELE), editado por Espasa (ISBN: 978-84-670-5379-1). Este volumen fue pensado para los escritores digitales; en él se abarcan desde las cuestiones gramaticales de género hasta el uso de los emoticonos, neologismos, préstamos lingüísticos, extranjerismos y estudia el uso correcto de la lengua en el correo electrónico, las páginas web, el periodismo digital y los mensajes instantáneos. El libro que ya está disponible en versión web, fue calificado por el coordinador de la obra y director honorario de la Academia, Víctor García de la Concha, como enormemente útil para el público en general, no académico como la gramática, la ortografía o el diccionario de la RAE sino un texto que reúne píldoras de cuestiones gramaticales y ortográficas. Un texto que no tiene que ver con los que rigen en las redacciones de diferentes medios de comunicación, puesto que trata de servir a la mejor forma de escribir y hablar en los países hispanohablantes, abordando nuevos espacios como la ortotipografía, es decir, la ortografía de la escritura no manual.

La institución académica comenzó a asentar, con carácter normativo, determinadas dudas cada vez más recurrentes, relativas a la ortotipografía o a la escritura en soporte digital, que empezaron a plantearse desde hace algunos años.

Según la reseña de esta obra hecha por M. J. Aguilar Ruiz, entre otras cosas la RAE recomienda utilizar wasap en vez de WhatsApp, permite la omisión de los signos de interrogación o de admiración al inicio de una frase, siempre y cuando quede claro qué es lo que se quiere enfatizar o cuál es la pregunta; también aconseja que, en caso de incurrir en una falta de ortografía, hay que enviar la corrección acompañada de un asterisco; reafirma el masculino como el término no caracterizado de la oposición gramatical del género, de modo que no tiene sentido el pensamiento, extensamente generalizado, de que el género gramatical masculino no incluye a la mujer en enunciados del tipo Tengo cinco hijos; Buenos días a todos; Estimados alumnos, etc. De esta manera, los desdoblamientos del tipo Buenos días a todas y a todos o Estimados/as alumnos y alumnas, si bien innecesarios, serían una muestra de cortesía al comienzo de un discurso o en los saludos iniciales de una carta o de un correo electrónico, mientras que la prescripción académica rechaza otras fórmulas, como el símbolo de la arroba (@) o las grafías -e- o -x- como seudomorfemas flexivos pretendidamente asexuados en escrituras como l@s niñ@s, les niñes o lxs niñxs. El capítulo quinto versa sobre la «Escritura y comunicación digital», como indica su título, y ofrece algunas directrices sobre la escritura correcta en textos digitales en general, como la recomendación de redactar enunciados cortos, precisos y claros, con palabras sencillas y estructuras comprensibles, hecho que asegurará, por ejemplo, una buena traducción automática en caso de que se necesite. Para ello, indica que se deben respetar las normas generales del español, aunque este tipo de escritura se encuentra muy cerca de la oralidad, y reafirma la idea de que una escritura electrónica efectiva ha de ser capaz de emplear las múltiples posibilidades que ofrece la escritura digital (hipervínculos, elementos de naturaleza visual como imágenes, vídeo o emoticonos, etc.), siendo conscientes de que nuestra escritura se convertirá en pública. Aporta recomendaciones sobre el uso de la almohadilla, menciones y etiquetas, el empleo de abreviaturas, íconos, emoticonos y emojis, hipervínculos, memes, etc., e indicaciones particulares sobre distintos canales, como el correo electrónico, las páginas web, los blogs, los chats y otros sistemas de mensajería instantánea, las redes sociales, etc., algunos ya adelantados por el Instituto Cervantes en El libro del español correcto. Termina con una breve normativa sobre la ortografía de la nomenclatura de los medios digitales (nombres de redes sociales, títulos de blogs, nombres de directorios, carpetas, archivos, formatos y extensiones de archivos), entre otras interesantes cuestiones. Finalmente, escribe Aguilar Ruiz, contiene un glosario en el que pueden hallarse un buen número de propuestas de adaptación de extranjerismos. Algunas ya fueron aceptadas con anterioridad, pero otras aparecen como meras propuestas de adaptación. Pueden causar sorpresa al consultante, a pesar de estar ya aceptadas, las grafías jipi para hippie/hippy, tableta para tablet o zum para zoom, o el mantenimiento como extranjerismo no adaptado (por su escritura en letra cursiva) de pizza, mientras que otras voces relativas a comidas foráneas y de incorporación relativamente reciente, como hummus/humus o kebab se presentan plenamente aceptadas, con escritura en redonda.

Además de la posibilidad de descargarla (PDF), existe una versión en línea de la obra, lo que la hace más accesible y facilita su difusión.

Las formas actuales de escritura digital han creado nuevos géneros o modalidades de comunicación (mensajes de texto, wasaps, tuits, blogs, foros), que vienen reclamando orientaciones de estilo que este manual facilita con pautas de redacción y aclarando conceptos especialmente relacionados con la redacción. El LELE es una obra recomendable para todos los usuarios del español, quienes sentimos amor y curiosidad por él y deseamos conocerlo y expresarnos mejor.

Por MARCELA RUIZ – Profesora de Castellano, Literatura y Latín / Escritora