Lluvia de otoño en abril,
río de seda,
pluma que vuela
y retoños del ayer.
Tanta tristeza me da pena
y quiero huir.
Sin embargo,
por tu sendero quiero seguir.
Abro mis alas,
me dejo ir.
Canto en la arena,
sol que me enreda
y dejo mis penas latir.
Y allí me doy cuenta que lo verdadero
no se encuentra allí.
Retomo vuelo
y buscando hallarme
me perdí.
Siento mis huesos,
fiel tu reflejo,
que me dicen:
Seguí.
Abro mis alas,
me dejo ir.
Canto en la arena,
sol que me enreda
y dejo mis penas allí.
Ahora me busco
y me encuentro donde siempre estuve,
cerca de tu mirada,
justo allí.
Por AGUSTINA FERRAGUTTI.