El Papa Francisco la canonizó este domingo 11 de febrero. En la ceremonia participó el Presidente Javier Milei. Los dos milagros que se le atribuyen a Mama Antula.
Este 11 de febrero, el Papa Francisco canonizó a la beata María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, la primera santa argentina. En la ceremonia estuvo el Presidente de la Nacion, Javier Milei.
La ceremonia de canonización se hizo en la Capilla principal de la Basílica de San Pedro. Mama Antula había sido beatificada en 2016 en Santiago del Estero luego de que el Papa autorizara la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador, quien habría recuperado la salud en 1904 por intercesión de la fundadora y madre espiritual de esta congregación.
¿QUIÉN FUE MAMA ANTULA?
Mama Antula nació en Villa Silípica, hoy provincia de Santiago del Estero, en 1730, bajo el nombre de María Antonia de San José. Pertenecía a una destacada familia y comenzó su práctica religiosa al acercarse a los jesuitas.
La historiadora Graciela Ojeda de Río, quien desde 1980 se dedica a difundir la vida de la beata, contó en diálogo con Télam que «era una mujer de fe, laica, comprometida con la iglesia» y destacó que «como las primeras beatas de la historia, comprometidas y muy cultas, que leían, se instruían y hacían beneficio a la sociedad sin mirar a quien e intentaban llegar a todos los necesitados».
Por su parte, la biógrafa e investigadora de Mama Antula, Cintia Suárez, resaltó que la beata «eligió un camino distinto al estipulado para una mujer de esa época, que te casabas o entrabas como monja».
«Ella quería ayudar, servir a un sector de la sociedad desposeído y olvidado, pero no como monja. De hecho, no hace voto de obediencia, sí de castidad y de pobreza, pero no de obediencia en ninguna orden», agregó.
En 1760, reunió a un grupo de mujeres jóvenes y se dedicó a ejercer la caridad y colaborar con los jesuitas. En 1767, tras la expulsión de los jesuitas del Virreinato y de España —por decisión del rey Carlos III— comenzó a viajar de ciudad en ciudad por el nordeste argentino promoviendo ejercicios espirituales, como hacían los jesuitas.
En Buenos Aires quiso crear un centro de ejercicios espirituales, pero gente de la alta sociedad y el virrey de entonces, se opusieron. Entonces fundó en las afueras de la ciudad la que hoy es llamada Santa Casa de Ejercicios Espirituales, ubicada en la actual calle Independencia 1190.
«Fue la pionera de la defensa de derechos humanos porque se movilizó a favor de la gente, de los indios, de los mulatos, en una época en la que las clases sociales no se mezclaban y el esclavo no caminaba por la misma gente por la calle principal, en su casa ella logró mezclar eso», sostuvo Suárez.
Murió en 1799. Sus restos se encuentran en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires.
LOS MILAGROS DE MAMA ANTULA
El primer milagro atribuido a Mama Antula fue la curación de la hermana religiosa Vanina Rosa en 1905. En tanto que la recuperación de un hombre de un accidente cerebrovascular a comienzos del siglo XXI constituye su segundo milagro.
Para que una persona sea beatificada y -posteriormente- canonizada por la Iglesia Católica, «se lleva un proceso canónico establecido por normas y leyes de la iglesia con Juan Pablo II«, explicó a Télam Ojeda Río.
La historiadora fue nombrada en 1998 por el papa Francisco, entonces arzobispo de Buenos Aires, como presidenta de la Comisión de Peritos Históricos en la causa de Beatificación de Mama Antula.
«Los que trabajamos en la causa seguimos la normativa, que indica que cuando muere una persona tiene que tener característica de santidad», además de una investigación sobre los milagros atribuidos.
María Antonia fue beatificada en 2016 en Santiago del Estero luego de que el Papa autorizara la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador, quien habría recuperado la salud en el año 1905 por intercesión de la fundadora y madre espiritual de esta congregación
«Se hizo una validación, tuvimos que dar certezas bajo juramento que se llevan a Roma (Italia) y había que presentar el milagro certificado», señaló Ojeda de Río.
En tanto, destacó que para la segunda instancia, se necesitaba probar «otro milagro más, que de ser reconocido por la Iglesia, le da la posibilidad de ser canonizada», y reconocida en todo el mundo.
Ese segundo milagro -señaló Ojeda de Río-, «ocurrió hace 19 años en la Provincia de Santa Fe, con la curación del señor que tuvo un accidente cerebrovascular (ACV) que lo dejó en un estado muy difícil y serio por lesiones que, según los médicos, no se iban a poder curar».
Entonces, «le rezaron a María Antonia y se produjo el milagro de su curación. La historia clínica fue enviada a Roma para ser evaluada por nueve médicos distintos de otras partes del mundo».
“Esos médicos consultados no encontraron explicación lógica a la recuperación, el Vaticano lo volvió a analizar y estableció lo que hizo (Jorge Mario) Bergoglio, que afirmó que esa curación de debió a la participación milagrosa de María Antonia», sintetizó.
Si la vida te fatiga y no sabes qué hacer; no temas, “ya pasará”.
Si la cotidianeidad te aplasta y la monotonía te sume en el hastío; espera, “ya pasará”.
Si hoy estás temeroso por el futuro, no desesperes, “ya pasará”.
Si te agobian los temores y las incertidumbres de esta etapa de tu vida; trabaja, “ya pasará”.
Si el desconsuelo por la partida de un ser querido encoge tu corazón; ora y “ya pasará”.
Si la ansiedad o la depresión te hunden en el temor y la queja; confía, “ya pasará”.
Si lo que sufres te parece sin fin; aguarda, “ya pasará”.
Y si te parece que has logrado todo y que ya no debes luchar más; no te duermas, que “ya pasará”.
Mama Antula