EL FUTURO PAPA PÍO NONO EN EL PARAJE DE LOS DESMOCHADOS

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En el año 1823, la Santa sede, nombró vicario en Chile al arzobispo Juan Muzi o Mazi y secretarios al abate José Salusti y al joven canónico Juan María Mastai Ferretti. Los enviados desembarcaron en Buenos Aires el 4 de enero de 1824, luego de tres meses de navegación.

Después deberían recorrer la extensa llanura hasta Mendoza, siguiendo el camino de posta que costeaba el Río Paraná, de Buenos Aires hasta Rosario (Carrera al Paraguay), y luego enlazar con la carrera que iba a Chile.

Difícilmente imaginarían que veintidós años después de esa travesía uno de los tres viajeros, el joven canónico, sería elegido Papa, el 16 de junio de 1846 asumió con el nombre de Pio IX, o como se llamó comúnmente Pio Nono, y fuera el último “Papa Rey”, ya que con él terminó el poder temporal de la iglesia.

En 1848, perseguido por las huestes de Mazzini y Garibaldi, debió huir de Roma disfrazado de monje y refugiarse cerca de Nápoles. Regresó en 1850 auxiliado por los ejércitos de Francia, pero los territorios papales se perdieron.

La mañana del 16 de enero de 1824 los viajeros dejaron Buenos Aires en un coche tirado por cuatro caballos, seguido por otro en el que llevaban el equipaje, siendo despedidos por una multitud. Hicieron noche en Morón, siguieron por Luján, San Pedro y San Nicolás, el 20 o 21 de enero llegaron a Rosario.

Continuaron por las postas de nuestras zonas, Candelaria, Desmochados, etc. Siguiendo por Fraile Muerto (Bell Ville), Río Cuarto y San Luis, arribando a Mendoza el 15 de febrero.

A través de un relato de Mazi, podemos tener una idea de las penurias de semejante viaje “Las postas donde uno se aloja son tugurios de barro donde entra el viento por todas partes y donde hay que reposar sobre el duro suelo, con insectos que atormentan durante toda la noche, el agua casi siempre turbia y la falta frecuente de pan y vino” duro trance para Mazi que sufría del estómago, para Salusti que tenía un carácter inestable y para Mastai que era hijo de Condes.

Todavía les faltaba cruzar a lomo de mula la cordillera por el Paso de Uspallata y el Paramillo de Las Cuevas para seguir hasta Santiago de Chile, atravesando las quebradas y los precipicios.

De acuerdo a la crónica del futuro Papa, partieron en la mañana del 22 de enero, las autoridades de la Villa del Rosario fueron más benévolas que las de Buenos Aires, ya que por precaución contra los indios los hicieron acompañar por una escolta de ocho hombres a caballo y armados.

Previsión nada exagerada, ya que tres días después de dejar la posta de Los Desmochados de la familia Gallegos situada a tres kilómetros al sur del río Carcarañá, los indios asaltaron allí una caravana y mataron a veintiún hombres.

Pio IX inició en 1857, con el presidente Urquiza los vínculos diplomáticos entre nuestro país y el Vaticano.

Juan Pablo II, lo beatificó en el año 2000 junto al recordado Juan XXIII que era admirador suyo, dando lugar a fuertes protestas de sectores “progresistas” que se oponían a la exaltación de un pontífice tan ortodoxo.