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viernes, noviembre 1, 2024
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CARCARAÑÁ: CONVOCAN A MÉDICOS PROFESIONALES PARA OCUPAR UNA VACANTE EN LA MUNICIPALIDAD

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La Municipalidad de Carcarañá se encuentra en la búsqueda de médicos, ya sean Clínicos o Generalistas que estén interesados en prestar sus servicios profesionales en el sector de exámenes psicofísicos que se efectúan previos al otorgamiento de licencias de conducir.

Los interesados deberán presentar su C.V. en la mesa de entrada de la Municipalidad de Carcarañá, cita en Belgrano 1315 en sobre dirigido a la Dirección de Recursos Humanos. La recepción se realizará hasta el viernes 29 inclusive.

REQUISITOS

  • Título habilitante y matricula: Presentar copia certificada del Título y constancia de matriculación.
  • Indicar celular y mail.
  • Presentar fotocopia de DNI TARJETA.
  • No estar comprendido dentro de las inhabilitaciones establecidas por la Carta Orgánica Municipal.
  • Presentar certificado de antecedentes penales.
  • Presentar certificados emitidos por el Registro de Procesos Universales sobre “Deudores alimentarios morosos” y de “Antecedentes de Procesos Concursales”.

POR EL PARO DE MUNICIPALES SE REPROGRAMA LA RECOLECCIÓN DE RESIDUOS VOLUMINOSOS

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El cronograma de la recolección de residuos voluminosos, restos verdes, y escombros, excepcionalmente, quedó de la siguiente forma:

  • El lunes se realizó la recolección por los barrios San Carlos, Timmerman, y Ángel Ríos (UOM), como es habitual, y se adelantó la recolección en Granaderos a Caballo.
  • El martes y el miércoles no habrá actividad por el paro de actividades de los trabajadores municipales.
  • El jueves, como es habitual, se realizará la recolección en barrio Centro, y se sumará el barrio Barracas y el barrio Yapeyú.
  • El viernes, las tareas se desarrollarán en forma normal, en barrio Alberdi.

PASÓ LA PRIMERA EDICIÓN DE “EL PICNIC EN TU BARRIO”

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Plaza Colón fue el lugar elegido para el puntapié inicial del ciclo “Picnic en tu barrio” y que contó con la participación de “La banda del Black”, “Toco y me voy” y el cierre con “Mi bonita cumbia”.

Además del bufet, a beneficio de la Vecinal Nueva Roma, en la Plaza se instaló un stand de la Protectora de Animales con una feria americana.

Desde temprano, las familias se acercaron al corazón del sector A de barrio Nueva Roma para compartir una tarde con música y a puro sol, y disfrutar de los tres shows musicales.

“Estamos compartiendo una tarde hermosa, donde hasta el clima nos está acompañando, y de paso colaboramos con dos instituciones tan importantes por la labor que realizan como la Vecinal Nueva Roma, y la Protectora de Animales” manifestó el intendente Sarasola en plena actividad.

Y agregó “es una satisfacción ver como los vecinos se apropian del espacio público, lo disfrutan, haya o no espectáculos. Es muy lindo ver la ciudad así, viva, con movimiento, a los vecinos compartiendo estos momentos”.

“Con este ciclo, cumplimos con el pedido de vecinos de organizar actividades culturales en todos los barrios de la ciudad” cerró Sarasola.

El próximo encuentro de Picnic en tu barrio será el próximo domingo 31 de marzo, a partir de las 17 horas, en Plaza Simonetta, barrio Barracas.

18 DE MARZO

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18 DE MARZO, DÍA DEL RURALISTA

Se celebra el Día del Ruralista cada 18 de marzo desde 1989, con el objetivo de destacar el protagonismo y la imagen del hombre y mujer de campo que trabaja desde su actividad para el bien del país.
De esta forma, el “Día del Ruralista” es una jornada oportuna para acompañar al hombre de campo, que es diverso, según el rubro de su producción, su geografía, su nivel económico y al mismo tiempo es uno, porque forja todos los días la identidad de una sociedad nacional.
Gualeguaychú sabiamente ha sabido estrechar el abrazo del campo con la ciudad. Es una característica que no todas las comunidades pueden exhibir.
El trabajador que trabaja con animales, el tambero, el que ara la tierra para gozar de sus frutos, el que siembra, el que recoge la cosecha, el que en pleno monte hace carbón por cuenta de otros, entre tanto otros oficios y especialidades, remiten siempre a una imagen del hombre con su entorno, siendo parte de una gigantesca maquinaria que produce las cosas esenciales para vivir en sociedad: alimentos, vestidos, medicamentos, calzados, etcétera.
Está el hombre que trabaja de sol a sol, casi nunca reconocido por sus patrones y en condiciones miserables. Está también aquel dueño de campo que ha hecho de esa tierra la clave de la identidad de un país. Se encuentra el otro que teniendo campo vive en el pueblo; aquel que sigue los pasos de sus mayores adecuándose a los tiempos… ¿Qué es el hombre de campo hoy en el siglo XXI? La imagen del hombre de campo es diversa… por eso en un día como hoy es esencial destacar el sentido sustantivo del “Día del ruralista”, ese que forma parte de la grandeza de un pueblo y cuya presencia es indispensable si se piensa en términos de país.
Tal como se fundamenta en la propia Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), es un día instituido “para destacar el protagonismo y la imagen del hombre de campo que trabaja desde su actividad para hacer crecer el país”.
Lo esencial es reconocer el trabajo que por generaciones realizan las familias del campo para que el país además de crecer tenga una identidad.

 

18 DE MARZO, DÍA DEL TRABAJADOR TELEFÓNICO

Hoy 18 de marzo se celebra el día del telefónico, en conmemoración al homónimo día de 1948 cuando el General Juan Domingo Perón nacionalizó la prestación del servicio en el territorio nacional.

Nos proponemos contar, resumidamente, la historia de la telefonía en el país, haciendo hincapié en la nacionalización de este servicio que tuvo lugar bajo la presidencia de Juan Domingo Perón.

Los comienzos:

La primera comunicación telefónica se obtuvo en el año 1876 en Estados Unidos, en la ciudad de Boston. Dos años después, en nuestro país, se realizaron los primeros ensayos de comunicación telefónica con aparatos construidos en Buenos Aires.

La explotación del servicio con carácter permanente y comercial se inició en el año 1881 cuando en la ciudad de Buenos Aires se concedieron las primeras autorizaciones para la instalación de teléfonos a tres empresas extranjeras –dos europeas y una norteamericana. El primer teléfono fue instalado en la residencia particular del entonces Ministro del Interior Dr. Bernardo de Irigoyen; el segundo en la residencia del Presidente de la Nación Julio A. Roca; y el tercero en la casa del Presidente de la Municipalidad Marcelo T. de Alvear. Hubo que esperar hasta 1929 para conseguir el primer enlace telefónico entre Argentina y Europa.

En la historia de la telefonía fija en la Argentina se distinguen tres momentos claves: el primero, promediando el siglo XX, marcado por el ingreso del Estado en el mercado de la telefonía como el principal proveedor del servicio; el segundo momento determinado por la privatización del servicio hacia 1990; y el tercero, a finales de siglo, caracterizado por la apertura total del mercado de telecomunicacion.

El 18 de marzo de 1948, Perón firma los convenios que incorporan a los teléfonos al patrimonio del Estado, a través de la EMTA (Empresa Mixta Telefónica Argentina), que un año más tarde sería reemplazada por Teléfonos del Estado, luego de que el gobierno peronista constatara el nulo interés de los empresarios de invertir en el negocio. Es un momento cumbre en la historia de la telefonía y del devenir de los trabajadores. Será, además, el inicio de la etapa más extraordinaria de la telefonía argentina: en pocos años, Argentina se consolidará como un líder absoluto en América Latina en prestación del servicio telefónico.

Desde entonces, el gremio telefónico comienza su recuperación. El 20 de abril de 1950 se crea la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA), que obtiene la personería gremial el 16 de junio de ese año. La normalización de las organizaciones gremiales telefónicas se completa con la elección del primer Consejo Directivo Central de FOETRA, que tenía a Jesús Arias como presidente, a Oscar Cheroni como vice y a Raúl Carou como secretario. Con la caída de Perón, se producen cambios dramáticos para el gremio y para la empresa.

En enero de 1956, la Revolución Libertadora crea la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTel). Los dirigentes telefónicos de extracción peronista son perseguidos y encarcelados y el sindicato queda en manos de militantes de izquierda aliados de la dictadura. Sin embargo, la resistencia peronista comienza a organizarse y en 1957, el gremio telefónico vive una de las páginas más gloriosas de su historia. Contra todas las dificultades, lleva adelante una huelga por mejoras salariales que conmueve al país y promueve la participación de otros sindicatos. Los trabajadores telefónicos son reprimidos y el sindicato pierde su personería gremial.

Aún así, los trabajadores continúan su lucha y, pese a que finalmente terminan las acciones por la presión del gobierno, dejan claro que –aun en un tiempo en el que los trabajadores se enfrentaban a un gobierno enemigo de sus aspiraciones- era posible plantear un escenario de enfrentamiento y lucha por los derechos obreros. En 1958, comienza la normalización del sindicato, que se va a perfilar, desde entonces, como una organización de claro perfil combativo. Asimismo, se crea FOETRA Buenos Aires, que comienza a tener un rol protagónico en las luchas telefónicas. Juan José Jonch, Agustín Cuello, Allan Díaz y Héctor Mango son algunos de los referentes de diez años de lucha en varios frentes. Por un lado, contra las dictaduras y los sucesivos intentos de romper la unidad del sindicato a través de organizaciones pretendidamente gremiales, manejadas por la patronal y destinadas a minar el espíritu de lucha de los trabajadores. Por el otro, son los trabajadores telefónicos protagonistas en el esfuerzo por conseguir el regreso de Perón y en los enfrentamientos internos de la CGT.

En 1989 inició el proceso de privatización de ENTEL, en un contexto de creciente demanda de servicios de telecomunicaciones y de necesidad de desarrollo de infraestructura e inversiones. Ese año el Presidente Carlos Menem intervino la empresa, mientras que el Congreso Nacional, a través de la Ley de Reforma del Estado (Nº 23.696), la declaró sujeta a concesión y a privatización.

Después de más de 60 años de administración privada y extranjera y 44 años de administración estatal, en 1990 la red de telecomunicaciones volvió a estar en la órbita del sector privado.

A través del Decreto 62/90 se llamó a Concurso Público Internacional para la privatización del servicio público de telecomunicaciones. Para ello, se dividió la red telefónica en dos áreas geográficas: norte y sur. Como resultado de la licitación, en noviembre de 1990, se adjudicó la zona sur a la española Telefónica y la zona norte a Telecom de Francia, en sociedad con la STET de Italia, operadoras estatales en sus respectivos países de origen. Los contratos concedieron licencias que implicaban un permiso exclusivo para prestar el SBT por el período de siete años, prorrogable por tres años más condicionados al cumplimiento de determinadas metas del pliego de condiciones (metas de inversiones, de instalación de líneas y teléfonos públicos, de reducción del precio de conexión y de los tiempos de demora en la reparación de averías, digitalización de la red, entre otras).

Los servicios excluidos de la telefonía básica, como la telefonía celular y la transmisión de datos, se ofrecerían bajo licencias a través del procedimiento de oferta pública competitiva. Además se permitió la continuidad de la prestación de servicios telefónicos de alrededor de 300 Operadores Independientes -en la mayoría de los casos de pequeñas y medianas cooperativas- que brindaban dichos servicios en forma independiente y que por tanto no fueron objeto de la privatización.

Situación actual:

El período de exclusividad finalizó en noviembre de 2000 cuando, mediante el Decreto 764/2000, se estableció un nuevo marco regulatorio para la prestación de los servicios de telecomunicaciones.

Desde entonces el SBT es brindado por tres tipos de prestadores: Prestadores Históricos (Telecom y Telefónica), Operadores Independientes (cooperativas locales y municipios que brindaban el servicio desde antes de su privatización) y los Prestadores Entrantes (empresas y cooperativas que comenzaron a prestar el servicio una vez finalizado el período de exclusividad).

UN DÍA COMO HOY:

1899 – Nace el futbolista boquense Américo Tesoriere, que sería guardameta de Boca Juniors.
1977 – Se funda la base Corbeta Uruguay en la isla Morrell, en las islas Sandwich del Sur.
1996 – Fallece la actriz argentina Niní Marshall.

SUSPENDIDO EL CLÁSICO INTERZONAL EN LA TERCERA FECHA DE LA LIGA

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En el interzonal, la cosas quedaron en tablas. Luego de un penal que Tragoni le atajó a Vilchez, se sucedieron una serie de acontecimientos que terminaron con el trámite del encuentro a los 35 minutos del complemento. Mancilla para el local y Formica para la visita fueron los expulsados. Todo queda en manos del Tribunal de Penas.

Por la Zona 1 se dieron los siguientes resultados: Atlético Sanford con goles de Morressi y Prieto, empató con la Alianza de Fuentes. Para la visita marcaron Nery Monti y Julián Serafini. En Zavalla, Unidos cayó por dos tantos contra cero ante Huracán de Chabás: Lencina y Gatti fueron los encargados de las emociones.

El otro cotejo de esta zona se vivió en Yapeyú, Casilda Club fue derrotado por Belgrano de Arequito por 2 a 1. Para la Pantera fue Ortigoza con un doblete, el dueño de los goles. Había empezado ganando el local con gol de Saichuk de penal.

Por la otra zona, Atlético Pujato ganó por dos tantos contra uno ante Unión Deportiva, Vallejos y López para el último campeón, Reynoso para la visita. Por su parte en Chabás, Atlético y Aprendices empataron sin goles en un 0 a 0 que habilitó un punto por lado.

La sorpresa llegó desde Nueva Roma donde 9 de Julio ofició de local y cayó ante Anold FC. El compromiso finalizó 2 a 1 para los arnolenses con tantos de Ghirardelo y Bordón. El tanteador lo había abierto Pablo Moglia.

 

ZONA 1

Belgrano 9
Casilda Club 6
Alianza DF 4
Huracán de C 4
Unión Casildense 3
A Sanford 2
Unidos 1

ZONA 2

CA Pujato 9
Atlético Chabás 5
Alumni 4
Arnold FC 4
Unión Dep 3
Aprendices 1
9 de Julio 0

ROBARON A OSVALDO ACUÑA, EL JOVEN QUE DEBE VIAJAR A CHINA A OPERARSE

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Todos conocemos la historia de Osvaldo Acuña, el joven que padece de Síndrome de Marfan, y que debe someterse a una operación quirúrgica en China, para evitar perder su visión.

También, conocidas son las reiteradas actividades, campañas y eventos organizados para recaudar fondos para poder solventar dicho viaje y la mencionada operación, organizadas por su grupo familar y de amigos, y por distintas instituciones y personas que se plegaron a la movida, y a la cual, con la consabida solidaridad de la gente, han tenido conmovedora respuesta.

Sin embargo, y entre tantos que se comprometen y ayudan, también están otros, que no se detienen ante nada.

Bárbara Nieto, la esposa de Osvaldo, publicó en redes sociales una noticia que llena de estupor e indignación: «Gente de Casilda, nos robaron…», titula Barbie, con angustia y un pedido de ayuda para poder recuperar al menos documentación y papeles que hacen a la historia clínica y al tratamiento de su pareja.

La publicación fue compartida cientos de veces, por personas lógicamente indignadas con el hecho. La misma Bárbara realizó luego del primer posteo, varios más, visible y comprensiblemente angustiada y enojada por lo sucedido.

El hecho, ocurrido en la madrugada de este domingo,  radicó en que violentaron una de las puertas de su camioneta traffic, que se encontraba frente al domicilio de la familia Acuña, Alsina 3045, llevándose además de la documentación del vehículo, importantes papeles que hacen a la historia clínica de Osvaldo, y distintos documentos que recibieron de China, donde debe practicarse la intervención. También se llevaron documentación de una motocicleta y una grrafa que tenían y que usaban para los distintos eventos solidarios organizados para esta causa.

Se solicita a la comunidad que si alguien tiene datos o encuentra algo de lo robado, especialmente la documentación médica, se comunique al  346 452-4407.

 

17 DE MARZO

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1554 – La corriente colonizadora proveniente del noroeste funda la ciudad argentina de Santiago del Estero
1840 – Nace el sacerdote católico cordobés José Gabriel Brochero, el cura gaucho
1889 – Llega el primer tren procedente de Buenos Aires a la ciudad de Catamarca
1920 – Nace la poetisa pampeana Olga Orozco, una de las voces más destacadas de la poesía argentina del siglo XX
1964 – Fallece el pintor y dibujante Lino Enea Spilimbergo
1983 – Fallece el pintor y escenógrafo Horacio Butler, cuya obra de estilo postcubista retrató paisajes y personajes argentinos
1991 – Diego Maradona es examinado con resultado positivo en la prueba de doping posterior al partido entre el Napoli y el Bari
1992 – Un atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires vuela la misma por los aires, provocando varios muertes y enormes daños.

CLAVE DE MÍ, por MARÍA ROSA INFANTE

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EL CURITA ABRUZZÉS

Voy a contarles mi historia. Me llamo Amedeo Concistoro Di Iulio. El curita abruzzés. El Padre Amadeo.
Siempre supe sobre mi vocación. No hubo dudas, no hubo llamados en sueños ni revelaciones. De chico sabía cuál era el camino y esa certeza tranquilizaba mi alma.
Cuando corría alegre y despreocupado por las colinas ondulantes en mi Casacanditella natal, siguiendo descalzo a mi madre y mis hermanas mientras trabajaban la “campagna”, alzaba los ojos al cielo y el sol me enceguecía, pero volvía a su vez clara mi mirada. Las mujeres se movían con empeño entre viñas y olivos, modestos cultivos, aleteando aquí y allá sus gráciles manos como pájaros. Y al volver a casa, un tomate rojo, fresco y dulzón era mi premio, mi hermana cómplice lo sacaba de su delantal y me lo ofrecía como fruta del paraíso.
Era una época tan difícil como feliz. Mi padre buscando un mejor destino para todos, en tierras lejanas que prometían, y extrañamente, cumplían sus promesas. “Ottavio è andato a fare l’America”, oía decir. Y eso para mí significaba tener al viejo lejos y la ausencia de su mirada azul y circunspecta. También me faltaba mi hermano mayor, ese ángel protector que luego sería compañero y amigo incondicional. Con papá en su aventura americana, preparaban el sendero, calentaban el nido, hacían su suerte, que era en definitiva la de todos.
Vida dura y tranquila a la vez. Y los presagios de la guerra eran eso, simples señales. Cómo imaginar que las largas garras de una contienda feroz alcanzarían nuestra pequeña comarca.
Para mí los domingos eran una fiesta, corriendo por las callecitas estrechas detrás de esas amadas cuatro mujeres, rumbo a la Iglesia. Íbamos con nuestras mejores prendas, que ellas cosían, bordaban y mantenían de estreno. Subíamos por la calle empinada mirando las montañas, hasta la Chiesa della Madonna: frente a la Cruz, con los sueños y la inocencia de mis pocos años, sabía. Y ellas sabían de mi convencimiento. Aunque no hicieran falta palabras, en mi hogar se hablaba lo suficiente y se cantaba mucho.
Cerca de mis doce años llegó el momento de partir. Y un helado día de enero dejamos “il piccolo paesino“ entre lágrimas y esperanzas. Conservo un recuerdo prístino, blanco de tanta nieve. Mamá, mis hermanas, mi hermano Antonio con su incipiente polio y su dolor y yo, Amedeo. De Chieti a Génova para embarcar. Papá y Clemente esperaban en Buenos Aires.
En esa travesía tan larga para mis cortos años, tuve tiempo de reafirmar aquello que mi corazón anhelaba. No había brechas en mi Fe.
Después … todo fue un torbellino. Un cambio rotundo, el aturdimiento, la confusión, la nostalgia. Y por fin, el futuro viéndose promisorio. Estábamos juntos otra vez los ocho, en esa tierra vasta y plana, inmensa y generosa. Argentina, pampa plateada, abriéndonos sus brazos desaforados y amorosos. Llegaría con el tiempo a amarla visceralmente.
Éramos el prototipo de la familia inmigrante. Parecíamos esas proles que se describían en libros y películas. El viejo, artesano y con un orgullo feroz. La vieja, pequeñita, mansa, silenciosa y dulce. Las tres vírgenes virtuosas que luego serían “bien” casadas, bellas sin ostentación, habilidosas y con un parecido asombroso entre sí. El mayor de los hijos heredando el talento del padre en sus manos. Y los dos varones restantes completando ese cuadro tan de ficción: uno se consagraría a la fe, otro a la ley.
Entré joven al seminario. Era curioso, y sentía que les debía a ellos, mi familia, el cultivarme y ser algo más que un simple cura. Y no hablo de aspiraciones jerárquicas que nunca tuve. Amaba estudiar, amaba los idiomas, amaba los universos que el saber me mostraba. Y amaba profundamente a Cristo y a su Madre.
Tuve amigos en esa época que conservé en la vida. Fuimos protagonistas de graciosas anécdotas y otras inconfesables. Éramos muchachos al fin y aún estábamos lejos de los votos. Uno de ellos al ordenarse se instaló en una villa miseria con sus sueños de reivindicación y sus ideas tercermundistas. Para horror de su aristocrática familia porteña. Otro con el tiempo colgaría la sotana, desilusionado de los designios de Dios y las acciones de los hombres.
Mi ordenación sacerdotal fue en octubre del año del Señor de 1949, en la Catedral de Rosario. Mamá no paró de llorar. Y a papá se le llenó el pecho de orgullo. Como a todos mis hermanos. Y cuñados, mis hermanas ya habían hecho sus vidas.
Días después diría mi primera misa, esta vez en la ciudad de Firmat donde residían los Concistoro Di Iulio. Ese domingo luminoso de octubre en horas de la mañana caminamos por las calles firmatenses hasta la Iglesia de la Merced. Atmósfera pueblerina, los chicos alineados en las veredas, las doñas tirando flores. Veo en las fotos la cara llorosa de mi madre y mi corazón se estremece de emoción. Es que en esa época fue todo un acontecimiento para la comunidad, las vocaciones siempre escasearon y tener un curita “propio” no era común.
Poco antes, Antonio mi hermano menor, me había dado un regalo hecho con sus manos hábiles: un cuadro en madera tallada, con la frase “Todo mi sacrificio y sufrimiento los ofrezco a Dios, para que seas un santo sacerdote”. Hermanito mío, con tanto dolor en su pequeño cuerpo maltrecho por la poliomielitis y tanta fuerza en su alma. Con los años fue abogado, y un consumado artista. No era de este mundo, y a los 33 años se mató volviendo de un viaje con amigos. Querido Antonito.
Vuelvo a mi primera misa, concelebrada. El roquete que usé ese día estaba deliciosamente confeccionado con una sábana de hilo blanco, hecha por mamá al telar en Italia. Mis tres hermanas durante un año habían bordado en él dos ángeles hincados ante el Santísimo Sacramento.
En el momento de la Eucaristía supe cuán feliz sería en el camino elegido. Y cuán difícil caminarlo, también. Quería ser un apóstol, entregar mis palabras, mis entusiasmos y sacrificios. Quería el apostolado. Dar y darme entero. Donar mi vida a Él, por Él y para Él. No era otra cosa sino un operario para la mies, que era, es y será mucha.
Después, vino la vida. La vida de cura, digo. Mi primer destino fue una parroquia de un pequeñísimo pueblito del sur de la provincia de Santa Fe. Ahí llegué con mis ilusiones y mis ganas. La feligresía me recibió con cariño, era la primera vez que un sacerdote residiría en el pueblo.
En 1958 mis superiores me enviaron a otro poblado, que sería en definitiva “mi tierra, mi sangre y mi corazón”. Me adoptaron y los adopté. Y esto duró hasta el final de mi vida. El padre Amadeo (sin la “e” ) fue parte de Chovet. Le pertenecí, y me perteneció.
Era y es una comunidad de inmigrantes croatas, en el corazón de la pampa húmeda. Ahí fui asignado como cura párroco, con la felicidad de estar a pocos kilómetros de mi familia, en Firmat.
Tantos años ahí, para qué contarlos. Sucedieron en la familia casamientos, nacimientos, muertes, tragedias impensadas. Y este cura celebrando el sacramento con los suyos, dando una palabra de consuelo, jugando con los sobrinos, malcriándolos. Haciendo travesuras con ellos, cuando me visitaban en “mi” casa pegada a la Iglesia de San Antonio de Padua.
Fui además de cura, rector y profesor de colegio secundario. Me gustaba la docencia, tenía la paciencia suficiente.
Hubo una época en que sufrí la persecución política, cuando algún gobierno se enemistó con la Iglesia. Lo primero fue quitarme la tonsura, común en ese entonces, y luego el cuello clerical. Después de ese tiempo, rara vez volví a usar ese distintivo. Y me criticaron bastante por eso. No es que haya sido un rebelde dentro de la Madre Iglesia, pero tenía mis pequeños gestos de desacato.
Como la vez en que casé en mi Iglesia a una madre soltera, hablo de muchos años atrás, cuando ciertas licencias eran impensadas.
Dediqué mucho tiempo y esfuerzo al colegio secundario de Chovet, del que fui fundador. Las primeras clases se dictaron en la misma casa parroquial, mi despacho se transformó en aula, y me sentía feliz. Fue el inicio de un logro para el pueblo que no se detendría, ya que el colegio se empezó a construir al lado de la Iglesia y por años y con sacrificio hicimos con la comunidad el edificio que soñábamos.
Yo quería que los jóvenes entendieran cuán importante era estudiar, iba al club a buscarlos y apalabrarlos. A muchos de ellos el estudio y sólo eso los sacaría adelante.
No había profesores, así que en mi modesto Citroën los buscaba diariamente en pueblos vecinos y los traía. Cada día, por años. Y qué feliz me hacía, insisto. Y mis cátedras de Teología y Francés, que recreo para el alma.
Cada día al oficiar la Santa Misa agradecía al Señor sus bondades.
En todo ese tiempo se fueron yendo los míos. Mi hermano menor, papá, mamá. Los domingos luego de la misa de diez iba a Firmat a casa de mi hermano mayor, que había sido la casa de la familia.
Visitaba a mis hermanas en sus casas y ellas, claro, me mimaban de mil formas distintas, pero sobre todo en la mesa, con esas comidas simples e inigualables que sólo ellas sabían hacer.
Iba, venía, hacía, era inquieto y si bien como dije no era polémico, tenía mis cosas por las que me amaban o me odiaban.
Volví en una oportunidad a mi tierra natal. Todo lo que imaginen pude haber sentido, multiplíquenlo al infinito.
Entre la Iglesia San Antonio de Chovet, el colegio, mi oficio de cura rector profesor, mi vida personal de tío favorito que bendecía las mesas familiares y hablaba de igual a igual y sin ceremonias con sus sobrinos. Entre aciertos y errores cometidos de los que me arrepiento, porque he sido un hombre y como tal humano. Entre el amor y desamor a veces de familia y amigos. Entre mi fe intacta y mis sueños jamás opacados. Entre mi amor por Cristo y María. Entre todos esos hechos, avatares, certezas, causas y efectos … fue transcurriendo mi sino. Decían de mí que era cariñoso con los niños, que tenía un trato cordial y afable, que era tolerante con otros credos, particularmente piadoso con enfermos y ancianos, que nunca mi investidura fue obstáculo para mi trato simple y mundano.
Había nacido el 23 de Julio de 1924 y mi temperamento estaba marcado por los calificativos del Abruzzo natal: “forte e gentile”. O como gustaba de definirme modestamente, un montañés terco e irredento.
En 1993 estaba enfermo. Cerca de mis setenta años el clima de mi querida pampa húmeda que sentía tan mía como mi Italia natal, ese clima, y algo de cigarrillo en la juventud, habían destrozado mis pulmones. Me ahogaba con frecuencia, y para poder respirar y más allá de remedios convencionales, evocaba las montañas donde tan dulce y manso el aire inundaba mi pecho.
El último tiempo fue difícil. Muy difícil. Mi hermana Doretta , apenas llegada de Italia luego de casi un año en Chieti, se instaló conmigo en la casa parroquial, en Chovet. Y mientras yo trataba de darme alivio con la máscara de oxígeno, ella me contaba lo que había cambiado y lo que no. Me hablaba en italiano. Me cantaba con dulzura las canciones de mi niñez. Cerrando los ojos volvía a ser ese chico flaco y lleno de ilusiones corriendo por las dulces colinas detrás de esas queridas mujeres.
Creo que si cometí pecados veniales o capitales, aparte de confesarlos antes de recibir el último sacramento, los comencé a purgar antes de partir, en mi tramo final.
Llegaba la hora. Sabría en breve de qué trataba ese gran misterio de la muerte. Y no tenía miedo, sólo un dolor físico infinito. Me desvelaba la pregunta que todo hombre se hace en esos momentos: ¿Había sido mi existencia en vano? ¿Había un dejo de trascendencia en mi paso por este mundo?
El 5 de marzo de 1993, cerré finalmente mis ojos. Y en un halo de luz nunca visto volví a abrirlos, con la voz de María, la Madre de Dios, que me llamaba. Y con la voz de la otra amada María, mi madre, que dulcemente me decía “Amedeo, figlio mio, non preoccuparti, sei a casa.”

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****Soy María Rosa Infante Concistoro Di Iulio, sobrina del Padre Amadeo, hija de su hermana Doretta. Acepté el desafío de ponerme en la piel de mi querido tío y contar su historia en primera persona. Con datos que tenía a través de la palabra oral y escrita, de anécdotas familiares, de los infinitos momentos compartidos en los años que pudimos disfrutarlo. Lo hemos visto siempre y en primer lugar como un tío presente y entrañable. Pero además, a todos nosotros, sobrinos y sobrinas, nos legó un bagaje de vivencias de su largo y fructífero camino sacerdotal. 
Agradezco el enorme gesto de la Comuna de Chovet y de su intendente. Para nosotros, que una plaza del pueblo que conocimos y amamos por nuestro tío Amadeo lleve su nombre, es motivo de orgullo. Cuando se reconoce a un hijo del lugar, aunque adoptivo, su memoria se llena de gozo.
Dejo para el final una frase en la lengua materna de Amadeo. La dijo un amigo que apreciaba –y aprecia- al curita abruzzés: «Quello che hai tenuto per te la morte se lo prende, quello che hai donato agli altri la morte te lo rende.” Va por vos, Tío Amadeo …****

 

 

Por MARÍA ROSA INFANTE