El idioma español posee un alfabeto de letras con las que se construyen palabras que a su vez se reúnen para expresar una idea de manera escrita. Si comparamos nuestra lengua con otras, no nos resulta tan complicado dibujar las letras del abecedario.
Sin embargo, existen algunas palabras que, a la hora de su pronunciación, nos complican la existencia. Algunos ejemplos son: electroencefalografista (23 caracteres); esternocleidomastoideo (22); electroencefalografía (21); otorrinolaringólogo (19), desoxirribonucleico (19); electrocardiograma (18); fotosintéticamente (18); electrodoméstico (16); arteriosclerosis (16); paralelepípedo (14);caleidoscopio (13); ovovivíparo (11); homopedonecrozoofílico (22); hipopotomonstrosesquipedaliofobia (33) y pneumonoultramicroscopicsilicovolcanoconiosis (45).
Cuando se dificulta la pronunciación de una palabra hay varios “trucos” en los que ejercitarse para evitar la dicción incorrecta: separarla en sílabas, decirlas varias veces en voz alta, escribir cada una de las letras que la conforman de manera separada o ejercitarse en trabalenguas.
La lectura es una herramienta indispensable para tener conocimiento de palabras con las que no estamos familiarizados; al ampliar el vocabulario, serán cada vez menos las palabras que desconozcamos y que se nos dificulte pronunciar.
Para el final, una reflexión: Hay muchas más palabras que, si bien no son de difícil pronunciación, cuesta mucho decirlas: Perdón, Gracias, Te amo.
Por MARCELA RUIZ