DECIR ADIÓS…
Está la casa, grande,
Con malvones, el patio
Y cerradas por dentro
Las puertas exteriores.
Herméticas ventanas
Sonámbulas, insomnes
Avisan a los otros
De mis cavilaciones.
El zaguán ya no sueña
Con ser de alguien el paso
Cercano a la vereda
Alejado del barrio.
Qué soledad, la mía
Poblada con mi llanto
La bruma del otoño
Traerá más desencanto..
LA SÚPLICA
El viento de los pobres,
de los desheredados
sacude las techumbres
apaga los braceros
incendia los harapos.
¡Oh, viento de los pobres
Y los desheredados!
Anda viejo y borracho
Desnudando ilusiones.
Encrespado.
Si topas con el viento
De los desheredados
Pregúntale de dónde viene
Oscuro y áspero.
Y dile que ya es hora,
que basta
con los desheredados.
Por SUSANA TOROSI – Escritora, Profesora de Lengua y Literatura